En forma. El luchador acelera su puesta a punto en Ciutadella antes de ponerse en manos de su técnico Akhamrane. | Gemma Andreu

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El campeón del mundo de superkombat, el menorquín Frank Muñoz (Ciutadella, 1983) está de vuelta al fin en el plano deportivo. Tras medio año 2014 obligado a dejar de lado el mundo de los 'rings' y centrarse en sus estudios académicos en la Universidad de Amsterdam donde cursa Internacional Sports Management Business, el reconocido púgil de Ciutadella está en plena pretemporada para afrontar el resto del año con máxima ambición. Con una mayor madurez física y mental.

Su primer gran asalto será la defensa del título mundial de superkombat que ganó en diciembre, en Rumania. Muñoz ya tiene rival casi confirmado para este gran reto el próximo 25 de octubre, probablemente en Rumania de nuevo, dentro de la Final Elimination de superkombat K-1 de kickboxing. Se las verá- a falta de la confirmación oficial de la promotora del evento- con el cualificado Andrei Stoica, de Bucarest. Todavía está por ver si Muñoz deberá defender el trono ante Stoica con final directa, o en un torneo de 95 kilogramos del peso pesado en el que sus luchadores se irían clasificando ya que Muñoz tiene plaza fija al ser campeón. «Lo decidirán los promotores, a mi me es totalmente indiferente puesto que iré a por todas y a volver a ser el número 1 del mundo», avisaba ayer desde su Ciutadella natal. Junto a Stoica se barajan otros nombres de peso como posibles aspirantes a sucederle.

El menorquín se siente fuerte y convencido de sus posibilidades: «Mi gran reto inicial es volver a demostrar que soy el mejor de superkombat porque además, como la gente misma suele decir, y yo lo mantengo, no eres campeón hasta que no defiendes una vez el título. Me siento convencido y seguro», valoraba ayer.

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