Pablo Alborán al poste bajo

Costó ganar a Polonia en el primer amistoso de la gira de preparación y algunos ya han sacado los cuchillos para darle cera sin piedad a este combinado, que ingrato es en ocasiones el mundo del deporte y que poquita memoria tiene.

Porque una cosa es reconocer que nuestro juego interior va muy justito con el único gran referente de Marc Gasol, que cualquier equipo al que les falte nuestro Batman y Robin (véase Navarro y Pau) es menos competitivo, que Mumbrú y San Emeterio no son los de antes, que tenemos cuatro bases de otra galaxia, incluido nuestro Sergi Llull, pero nos faltan centímetros dentro, que Rudy no acaba de encontrar la alegría, que Claver siempre parece a punto de explotar en su juego pero no acaba de hacerlo nunca, etc. Y otra muy diferente machacar de inicio a una selección que ha sido campeona del mundo, campeona de Europa, plata olímpica y que nos ha dado a los aficionados al baloncesto momentos de auténtico disfrute, En resumen, la crítica para la mejora es perfectamente compatible con el respeto que nos merecen un equipo que nos lo ha dado todo.

Invito a los aficionados al mundo de la canasta a disfrutar una vez más de la selección, a compartir con amigos unas cervezas y aprovecharnos que la tele lo dará en abierto, no están las economías para un viaje a Eslovenia, como dijo Pepu, el entrenador que nos hizo campeones del mundo en Japón, esto es sencillamente "BA-LON-CES-TO".

Para terminar, queridos lectores, quiero compartir con ustedes una reflexión: he leído que la diputación de Castellón le dará 300.000 euros a la Federación de Baloncesto para que se dispute allí un España-Francia amistoso de preparación, de ser así me parece realmente mal que cuando le están dando los hachazos que les dan a servicios públicos básicos destinen el dinero de los ciudadanos a financiar el deporte de élite, y lo digo como aficionado al baloncesto que soy. Es como si a Menorca viniera a actuar el cantante de moda Pablo Alborán y alguna institución pública decidiera dar dinero de los impuestos para ayudar a financiar dicho concierto, mientras, repito, recortan en servicios esenciales. A que nos parecería absurdo por más que guste la música de Alborán, ¿o no?.

Aunque en este país cada vez más chiflado que nadie descarte que Marc dé un concierto, o que el propio Pablo juegue en el poste bajo, cosas veremos sin duda.