El pasado 29 de mayo el Club Volei Ciutadella emitía un comunicado oficial anunciando que renunciaba a la Superliga tras haber sido el campeón de las dos últimas ediciones. La noticia explotó como una bomba en un verano menorquín deprimente tras la desmantelación del Menorca Bàsquet. A pesar de haber implementado una política radical de ahorro en todos los ámbitos de la institución, la directiva encabezada por Caty Moll se mostraba agobiada por los números rojos y, cansada de los incumplimientos en los pagos de las subvenciones firmadas con las instituciones públicas, lanzaba un grito desesperado que, afortunadamente, se pudo reconducir un mes después.
La situación económica sigue siendo dura. El club sigue haciendo encaje de bolillos y no duda en acudir a las instancias que haga falta para defender sus intereses, como muestra su contencioso con el ayuntamiento de Ciutadella. Pero, en el apartado puramente deportivo, hasta el momento, los resultados están siendo muy positivos.
Sin dejar de tener los pies en el suelo, y sin dejar de ser intensos en el trabajo diario, la incertidumbre de conjuntar a una plantilla completamente nueva, en una pretemporada sin poder jugar contra equipos de nivel y con un inicio de competición oficial durísimo -aunque también combinado con los dos equipos más débiles-, hacían que el cuerpo técnico se mostrara precavido en cuanto a pronósticos de futuro.
El objetivo primigenio era la permanencia, incluso ante los comentarios que indicaban que el nivel de la Superliga no sería el de ediciones pretéritas. A pesar de ello, conforme iban pasando las semanas de pretemporada, y ante las noticias de las plantillas iban a ser jóvenes y muy similares a la bermellona -salvo, óbviamente, Haro, Murillo, por arriba, y Aguere y Santa Cruz, por abajo-, y sumando el primer tramo de competición, la idea fue variando hacia una mayor ambición.
Bep Llorens es consciente de todo ello. Suscribe el discurso. "Al principio, primero te llevas por la prevención. Te curas en salud y hablas de lograr la permanencia, de no sufrir para seguir en una Superliga que nos ha costado tanto. Y para hacer entender que este equipo no puede equipararse a los anteriores, sobretodo de cara al exterior", indica el técnico.
Pero eso era al principio. "Se juntan diversos factores. El primero, óbviamente, es que estás trabajando en un grupo que ha de ensamblarse, aprender mecanismos, que las jugadoras de peso asuman el liderazgo, empezar a competir... Debo recordar que ampliamos las horas de entreno".
Después "conocer a los rivales. Empezamos con los más fuertes y también jugamos contra los más débiles. De nuestra liga, la del medio, caímos en Murcia, pero bien, y el paso decisivo, el punto de inflexión, fue ganar en Las Palmas. Fue muy importante. Ahí vi que vamos bien. Sin euforias, pero vamos bien. Luego, ganar al Monforte fue definitivo para entrar en la Copa". Llorens se da una pequeña satisfacción al afirmar que "estar luchando en la parte alta, para ser terceros, y estar en la Copa, es fantástico". Eso puede hacer "que la afición se enganche. Ante el Monforte se pudo comprobar. El partido fue interesante, ganamos y acudió más gente".
El técnico también recuerda que "ante las explicaciones de cada dos por tres de que la Superliga se ha devaluado y demás, ahora vemos que nuestros rivales directos -Barça, Ecay, UCAM- estamos muy igualados, que hay competición. Pero hemos jugado con los fuertes fuera, y ahora vienen a Ciutadella. El mes de enero va a ser clave". Cierto, a partir del 12 de enero, visitan el Pavelló Pamplona, Haro y Murillo. Durísimo.
Pero antes, el Barça. "Es un rival directo para la tercera plaza. No tienen un equipo espectacular, pero sí muy equilibrado, luchador y descarado. Sería importante ganar allí... Creo que será difícil, pero que debemos encararlo bien, porque tenemos más a ganar que a perder".
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