Feliz y sonriente en su Menorca natal, David Alonso, abre un paréntesis en su dinámica vida competitiva para disfrutar de los suyos durante las vacaciones navideñas.
A sus 22 años, el joven ciclista mahonés que un día emprendió la arriesgada aventura de trasladarse fuera de la Isla, al Centre de Tecnificació del Govern Balear, en Palma, cuando apenas era un niño, observa el futuro inmediato con un sueño real a su alcance: acudir a los Juegos Olímpicos de Londres el próximo verano.
Atrás quedan horas de esfuerzos, de sacrificios propios y familiares que le han llevado a las puertas de la máxima ilusión como consecuencia de una trayectoria ascendente, bien encaminada hasta el punto que David aparece como uno de los mejores velocistas nacionales en pista, todavía con un largo recorrido por delante para mejorar tiempos y escalar peldaños a nivel internacional.
El año que finaliza tuvo un mal comienzo para David, que se lesionó en la mano días antes de partir hacia el Mundial de Colombia. Con el paso de los meses recuperó buena parte de su mejor nivel para volver a la Selección Nacional con la que no ha podido obtener grandes resultados porque el ciclismo español en pista vive un cambio generacional que precisa madurez en ciclistas como el propio Alonso o el también menorquín, Albert Torres. Pero el futuro le aguarda.
Ocho años viviendo fuera de casa, desde los 14, para dedicarse al ciclismo supone un gran sacrificio. ¿Vale la pena?
Yo creo que sí. Hago un balance muy positivo porque he conocido mucho mundo y a muchas personas, y sigo aquí haciendo algo que me gusta. Es cierto que me he perdido muchas cosas, fundamentalmente vivir lejos de mi familia, pero me siento satisfecho y no me arrepiento.
¿En qué está inmerso ahora mismo?
Estamos preparando el camino a los Juegos Olímpicos. Quedan dos Copas del Mundo, que serán las clasificatorias, en Pekín y Londres, en las modalidades de velocidad y keirin, y está todo abierto porque aún no hay ningún corredor con la plaza asegurada. En principio el que esté mejor en aquél momento y tenga mejores tiempos será el que acudirá a la cita de Londres 2012.
El reto para este nuevo año, entonces, es la cita olímpica exclusivamente, ¿no?
Mi meta es mejorar mi tiempo e intentar, claro está, ir a las olimpiadas porque es lo máximo a lo que puede aspirar un deportista.
Sea realista, ¿qué posibilidades reales tiene de ser uno de los elegidos?
Sí, las tengo porque todos los de la Selección española estamos a un nivel similar, en cambio internacionalmente estamos lejos de los cinco primeros que son europeos pero vamos progresando. También contará el estado económico de la Federación para ver cuántos pueden viajar y competir.
O sea que el equipo español, esperemos que con usted, teóricamente, estará lejos de las medallas en Londres, ¿no?
Sí, esa es la verdad, estamos bastante alejados de las potencias mundiales actuales en pista que son ingleses, alemanes y franceses.
La programación, a partir de ahora pasa por ...
Las dos Copas del Mundo en Pekín y Londres para puntuar con vistas al Mundial que pondrá fin a la temporada y luego, de mayo a agosto, tendremos el tiempo de los Juegos Olímpicos, decidir los seleccionados y si hay fortuna, acudir.
¿Lo mejor y lo peor del año que termina?
Tuve una caída y me rompí la mano, por eso ha sido muy difícil remontar. Me quedo con la progresión que he tenido. Mi final de año ha sido bueno en ese sentido. Y para el 2012 espero recuperar el nivel que tenía y acabar las competiciones que tengo programadas.
¿Ha reemprendido los estudios?
Sí, me he dado cuenta que debía hacerlo después de haberlos dejado de lado por la bicicleta y estoy en ello. Trato de compaginarlo con los entrenamientos y la competición.
¿De cara a un futuro como profesional de este deporte, no se plantea el cambio de la pista a la carretera que pueda resultarle más rentable para vivir de la bicicleta?
Por ahora no, porque estoy muy contento con lo que hago, me da resultados, me gusta, y ahora mismo no pienso en un posible cambio a la ruta aunque no digo que no lo vaya a hacer nunca.
¿No se ve en un pelotón disputando una gran carrera?
No, todavía no.
¿Hasta cuándo piensa continuar con este régimen de vida, entrenos, competición ...?
No lo sé. Hay gente, por ejemplo nuestro director deportivo, Joan Llaneras, que estuvo compitiendo hasta casi los 40 años. Depende mucho de cada persona y de la situación económica que tenga.
¿Y el ciclismo en pista da para vivir?
Los tres primeros del mundo sí pueden vivir perfectamente de este deporte. Pero además hay que darse a conocer a través de los medios de comunicación, y si te sabes manejar sí puedes hacer de este deporte tu profesión.
¿A usted le basta actualmente?
Ahora mismo sí porque lo tengo todo subvencionado aunque, debido a la situación general, tenemos problemas con las becas.
¿Hasta qué punto es dura la vida de un deportista becado en el Centro de Alto Rendimiento del Govern Balear?
Yo la comparo siempre con la de un trabajo de ocho horas, y para mi no me resulta especialmente dura. Entreno por la mañana y por la tarde otro rato, pero no es un trabajo que te canse porque el esfuerzo que requiere lo hago con mucho gusto.
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