El equipo revelación de la Adecco LEB Oro contra el que ha acabado confirmando prácticamente todas las expectativas generadas en torno a él a principios de temporada. Ese es el enunciado que presenta la final del play-off de la Liga con la plaza de ascenso a la ACB como ansiado trofeo por el que van a pugnar el CB Atapuerca (Autocid Ford Burgos) y el ViveMenorca (Menorca Bàsquet).
El duelo que arranca el próximo viernes en Maó enfrentará a dos equipos con planteamientos distintos pero con conclusiones similares. Ambos acumulan el mismo número de victorias en fase regular y play-off (21+6), y ambos han protagonizado rachas acusadas en positivo y en negativo. El equipo de Andreu Casadevall, quizá el principal artífice del crecimiento sostenido del plantel burgalés, llegó a encadenar diez victorias consecutivas entre las jornadas 15 y la 25 que le auparon a la tercera plaza, aunque al final acabó en la quinta, empatado con cuarto y tercero a 21 triunfos (La Laguna y Menorca, respectivamente).
Podría decirse que en ambas escuadras prevalece el bloque por encima de las individualidades, especialmente en el combinado burgalés, donde por ejemplo, su teórico primer espada, Zach Morley, ha estado bajo mínimos en algunos partidos del pasado play-off sin que su equipo lo acusase. Eso sí, las individualides del Menorca mejoran a las de su rival que, en cualquier caso, reúne jugadores de talla con pasado ACB que han sido determinantes en esta Liga. El simple hecho de que haya sido capaz de apear al subcampeón de la fase regular, Melilla, es la mejor advertencia para prever otra eliminatoria dura por mucho que el Menorca parta como favorito por plantel y factor cancha a favor.
Chris Hernández, el base americano fichado, precisamente, por Oriol Humet para el CB Granada cuando era su director general, es un elemento distinto, un triplista consumado que reúne una calidad técnica excepcional. El pívot nigeriano Anagonie es el otro vértice de este plantel, intimidador y reboteador como pocos. Manu Gómez completa un juego físico en la pintura por su experiencia mientras que en el perímetro aparecen el americano Jason Blair, perfecto para ayudar en el rebote y con buenos porcentajes en la media distancia sin que se prodigue desde 6,75. Albano Martínez ha acabado haciéndose un sitio en el 'cinco' titular como alero, mientras que Alberto Miguel, ex menorquinista, es la primera rotación exterior. El resto de jugadores hacen equipo y consiguen que no baje la intensidad cuando Casadevall mueve el banquillo.
Los números globales de ambos conjuntos también guardan similitudes tanto en la producción ofensiva como en la defensiva, rozando los 80 puntos anotados y los 74 encajados, e incluso en la valoración global, sobre los 82 puntos. En el play-off los números del Burgos mejoran a los del Menorca en sus eliminatorias solventadas ante Cáceres y Melilla.
Autocid Burgos, un sueño con muchas dificultades
El CB Atapuerca vive su momento de gloria y sueña, con todo merecimiento, con ganar la plaza ante el ViveMenorca que le de derecho a militar en la ACB la próxima temporada.Sin embargo, que ese sueño se vea trasladado a la realidad se antoja, a priori, poco probable por las dificultades económicas y estructurales con las que se encontraría la entidad castellana si consiguiese ganar la final del play-off.
Presidido por Miguel Ángel Benavent, el CB Atapuerca cuenta con 2.000 socios que representa un excelente punto de partida para dar el salto a la ACB. Ha manejado con solvencia su presupuesto de 1.100.000 euros con el que ha llegado a las puertas de la Liga de las Estrellas, pero traspasarlas es otra historia.
Para empezar, no dispone el Autocid Ford Burgos de un Pabellón que cumpla con los requisitos mínimos que exige la patronal de clubes para admitir su ingreso en ella. El Plantío tiene cabida para 2.500 personas aunque en la eliminatoria ante el Melilla casi se ha llegado a las 3.000. Es una situación, por tanto similar a la que vivió el ViveMenorca cuando obtuvo su ascenso hace cinco años.
Con todo, la construcción de una nueva instalación más acorde con una ciudad de 200.000 habitantes no sería el obstáculo más insalvable, opinan periodistas burgaleses consultados por este diario. Más difícil, por no decir, imposible, sería cumplir con los casi 8 millones de euros que precisaría para cumplir con el canon, depósito y presupuesto mínimo que exige la ACB.
El CB Atapuerca no es un club protegido por las instituciones de la Comunidad. La que más le aporta es el Ayuntamiento de la ciudad –100.000 euros. Hace unos años el club de fútbol fracasó en su intento por convertirse en SAD para buscar el ascenso a Segunda B porque no halló la implicación necesaria.
El baloncesto está de moda ahora en Burgos, pero manda la economía. De ascender el Burgos y renunciar, el beneficiado sería el Obradoiro, penúltimo clasificado de la ACB.
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