"Cuando jugábamos estos partidos contra él, lo hacemos en rondas finales por algo realmente importante. Estos son los Juegos Olímpicos y cada partido es importante. No sé el nivel al que puedo llegar a jugar, con lo cual voy a intentar esforzarme al máximo para realmente crearle problemas; pero bueno, es un poquito incierto lo que vaya a pasar«, aseguraba el de Manacor, quien promete estar »con la actitud necesaria y si viene la inspiración que me pille trabajando", comentaba con buen humor después de haber acuumulado dos partidos intensos en poco más de doce horas.
Relató además, y en referencia a las molestias física sufridas días atrás, que junto con el equipo "decidimos el sábado jugar este el partido hablando con el equipo. Es verdad que tuve que parar un día porque tuve un problemilla en el en el aductor largo y en las pruebas salió también una imagen que había algo. Algo muy pequeñito, pero había algo; he trabajado muchísima fisioterapia estos días y creo que más o menos va aguantando. Tengo la incertidumbre cuando hay una imagen en un músculo y de cómo va reaccionar; la verdad es que la imagen es muy pequeña y parece un músculo que no tiene un impacto muy directo en los movimientos. Por lo cual soy relativamente optimista«, explicaba Rafael, quien espera que esta acumulación de trabajo y esfuerzo no le pase factura: »El sábado tenía dudas por eso y de ver si reservarme solo para el doble pero tenía que probar, lo he probado, creo que ha ido bien y ojalá el lunes me levante bien y que no haya contratiempos y pueda competir bien", añadió.
Solventado el maratoniano partido ante Fucsovics, Nadal no esconde que fue toda una prueba de fuerza a estar alturas por parte del húngaro. "Se había complicado. He podido sacar un juego clave y a partir de ahí he dado otro empujón de energía, he subido el nivel y al final un poquito a trompicones, con momentos mejores y peores, pero creo que he recuperado un poquito de iniciativa", comentó respecto al partido, que se alargó por espacio de dos horas y media largas en la Philipppe Chatrier, hacia cuyo público sólo tiene palabras de agradecimiento el balear.
"Al final yo en Francia me siento muy querido desde hace muchísimo tiempo. Todos saben lo importante que es para mí esta ciudad y lo especial que es. Y la realidad es que solo puedo dar las gracias. Muchas gracias a París y gracias a Francia por darme el honor de recibir la antorcha en un lugar tan especial en un momento tan especial. Es algo que se va a quedar para siempre en mi memoria", concluyó el catorce veces ganador de Roland Garros.
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