Jaume Munar posa tras un entrenamiento en las pistas de Roland Garros. | P.F.

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En el último minuto recibió la llamada que le convirtió en olímpico, «algo inesperado, la verdad, pero a la vez un honor, un premio y un orgullo porque al final, aquí representas a tu país y juegas por un equipo», asegura emocionado Jaume Antoni Munar (Santanyí, 1997), que se convierte así en el cuarto tenista balear en participar en unos Juegos, tras Carlos Moyà, Rafael Nadal y Nuria Llagostera. «Estoy disfrutando como un niño pequeño», asegura un jugador que, paso a paso, se ha ido labrando un trayecto dentro del circuito profesional. «He podido jugar los Grand Slams, la Copa Davis, en la central de Wimbledon... y ahora unos Juegos Olímpicos, creo que tengo que estar contento y a la vez agradecido porque ha valido la pena este camino», asegura desde la Villa Olímpica, donde reconoce que la experiencia es «espectacular, lo que te cuentan y has oído mil veces».

No pasa de largo ante sus ojos el impacto mediático de la pareja Nadal-Alcaraz. Con Rafael lleva años rodando por el circuito y tiene claro que «son dos grandísimos jugadores. De Rafa qué podemos añadir que no se haya dicho ya... y Carlos, pues ahí está su palmarés con su edad. Admirable, ciertamente», comenta Munar, el segundo deportista de Santanyí olímpico -tras Marcus Cooper Walz-, a quien llama la atención el dato de los veintiún deportistas baleares en París 2024: récord olímpico. «Mira, me alegra formar parte de este grupo. Y no es más que la confirmación de que tenemos grandes deportistas y que habremos hecho las cosas bien para llegar hasta aquí», asegura al respecto.

En París 2024, sabe que la dificultad es máxima en el cuadro individual, pero se lo toma con filosofía. «Al final, estamos todos en el cuadro, tenemos las mismas opciones de inicio y vamos a jugar. Luego lo que pase, pues ya se verá. ¿Medalla? Todos han venido aquí a por una, pero vamos a disfrutar el camino y veremos dónde nos lleva», dice Jaume, que en primera ronda, y en unas pistas y superficie que conoce bien como Roland Garros, se las verá con todo un hueso, en principio este domingo.

Nada menos que el actual campeón olímpico y uno de los mejores del circuito aguarda en la primera ronda: el alemán Alexander Zverev. Eso sí, el único precedente juega a favor del mallorquín, que le ganó en Marrakech en 2019. «Sabemos de su calidad y su potencial, pero vamos a jugar e intentaremos aprovechar el factor sorpresa y, ¿por qué no? Dar una campanada. Estamos en igualdad de condiciones y hay que jugar, aunque es innegable reconocer que es un rival de gran nivel y habrá que darlo todo y no bajar la guardia en ningún momento», refiere el tenista de Santanyí, uno de los últimos en sumarse a la lista de olímpicos baleares en París 2024. Un grupo para la historia.