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Real Madrid Madrid 3

R.C.D. Mallorca Mallorca 0

Supercopa | Semifinales | 09/01 20:00 | Final

El campeón ha despertado al Mallorca de su sueño árabe. La Supercopa de España, la gran ilusión que movía el motor del club balear en este principio de año, duró poco más de un hora al plasmarse sobre el terreno de juego. Un gol de Jude Bellingham, al que se sumarían al final uno en propia puerta de Valjent y otro de Rodrygo, castigaban a los de Jagoba Arrasate en Yeda y les echaban de un torneo tan especial como reservado a los de casi siempre. Sin la chispa de otras veces y sin Raíllo desde la primera media hora de juego, los bermellones no ofrecían nada interesante al margen de su ya esperada capacidad de resistencia y volverán este viernes a la isla con un único estímulo en el horizonte: mantener el buen rumbo de la Liga.

El Mallorca se sintió como el protagonista de una película de terror en los primeros minutos y no llegó a sacarse esa asfixiante sensación de encima en toda la primera parte. El Madrid, maquillado para la ocasión y vestido con sus mejores galas para seducir al pequeño Bernabéu de Yeda (a excepción de una pequeña mancha roja que hacía mucho ruido, el blanco lo cubría todo) y acelerar el papeleo de la clasificación para otro clásico en versión árabe, le amenazaba con todo. Presionando muy arriba, lanzando mordiscos sin piedad y tratando en todo momento de desconectar al equipo de Jagoba antes de que creciera.

Mbappé, Rodrygo e incluso Lucas Vázquez probaban a un Greif obligado a multiplicarse para que no se le escapara nada mientras el Madrid, que empujaba con la tuneladora en todas las zonas del campo, decidía cargar el juego por el costado que defendía Maffeo, en ocasiones más pendientes de su pique con Vinicius que de embaldosar su carril.

Abrigadito y con los ojos cerrado espera a que la tormenta pasara, el Mallorca apenas salía de debajo de la mesa. Su primera llegada bien argumentada llegaba a los 19 minutos, catapultada por Dani Rodríguez. El gallego se apoyaba en Muriqi para rebañar su banda y tirarle un cable a Larin, que no llegaba a rematar bien. El propio delantero canadiense, ya a la media hora, también terminaba con un disparo demasiado elevada la otra gran ofensiva bermellona. Era justo antes de que Raíllo, el capitán y sostén del Mallorca en defensa, tuviera que pedir el cambio. Había dicho el cordobés en la previa que estaba perfecto, pero jugaba descaradamente al despiste. Una indisposición tras varios días incubando un proceso gripal forzaba al cordobés a salir del campo. Otro pedrusco en mitad de la calzada para Arrasate. Al menos llegaba vivo al descanso el equipo rojinegro. Porque el empate era oro molido de primera calidad.

REAL MADRID VS RCD MALLORCA
Imagen del sector de aficionados del Real Mallorca en Yeda, donde los bermellones fueron amplia minoría en las gradas.

El inicio de la segunda mitad era otra historia. El que enseñaba el colmillo era el Mallorca y el que tenía que intervenir sobre la marcha su propio eje de la defensa era el Madrid, que en menos de diez minutos perdía a Tchouameni. Parecían las señales de que la gesta era posible, aunque los baleares tampoco enseñaban ante el espejo su mejor cara. Tenían al reloj de su lado y esperaban que el desgaste, la desesperación, fuera entrándole en la barriga a los de Ancelotti.

Pero el Madrid es demasiado grande como para esperar que se descomponga, que se meta en un agujero estando tan cerca de una copa. Faltaba menos de media hora y los granos de arena seguían cayendo despacio cuando la dinamita blanca reventó el cerrojo de la caja fuerte balear. En una de esas jugadas en las que acaba goleando por acoso, Bellingham hacía lo que no habían podido ni Rodrygo ni Mbappé: perforar la portería de Greif. De repente, el sueño se evaporaba.

Faltaba por quemarse un tercio del encuentro y lo que hasta ese momento parecía posible pasaba a ser una quimera. El Mallorca apenas había llegado a asustar al Madrid y con el marcador roto y la presión blanca en la papelera, los de Ancelotti ya no iban a recular ni a exhibir síntomas de flaqueza. La lógica volvía a ser impenetrable, sobre todo después de un autogol de Valjent en el descuento y otra diana de Rodrygo. La Supercopa, un sueño bonito y excitante, se quedaba en otra muestra de orgullo. Que no es poco.

Ficha técnica

3 - Real Madrid: Courtois; Lucas Vázquez, Tchouameni (Asencio, m.55), Rüdiger, Mendy; Valverde (Ceballos, m.75), Camavinga, Bellingham; Rodrygo, Vinicius (Brahim, m.88) y Mbappé.

0 - Real Mallorca: Greif; Maffeo, Valjent, Raíllo (Copete, m.33), Mojica, Mascarell, Morlanes (Samu, m.71), Darder (Asano, m.71), Dani Rodríguez (Abdón, m.81); Muriqi y Larin (Robert Navarro, m.)

Goles: 1-0, Bellingham, min.63; 2-0, Valjent, en propia puerta, m.93; 3-0, Rodrygo, m.95.

Árbitro: Ricardo de Burgos Bengoetxea (Comité Vasco). Amonestó a Camavinaga por parte del Real Madrid.

VAR: Trujillo Suárez (Comité Canario).