La UD Mahón, un proyecto con futuro

Club centrado eminentemente en lo futbolístico, pero históricamente plural e innovador y capaz de apostar en diversos pasajes de su centenaria cronología por disciplinas como el baloncesto, el ajedrez, el atletismo o el patinaje, ahora en la Unión deviene el turno de las chicas en F11.

Por su condición de planteamiento experimental, los resultados quedan en un plano absolutamente residual para una plantilla que hace gala de una implicación y compromiso absolutos.

«Es nuestro primer año en liga balear y no pensamos en los resultados», confirma de inicio la propia Elena Montenegro, que en su segunda temporada en el club unionista, primera al frente del F11, asegura estar «disfrutando mucho», aun a pesar de que el inicio no está siendo sencillo, también por motivos de logística, puesto que la temporada «empezó pronto, y con algunas jugadoras trabajando en verano fue complicado poder combinar los entrenamientos en agosto», explica la preparadora.

Sin embargo, «ahora estamos recuperando efectivas y el equipo va tomando forma», prosigue la exjugadora y entrenadora, que por otra parte se siente plenamente identificada con esa vertiente innovadora que tan inherente es a la Unión desde su fundación en los años 20 del siglo anterior.
«Sí, la Unión es un club que innova. El año pasado cuando Irene (Olives) contactó conmigo para activar el primer equipo alevín femenino de la historia del fútbol menorquín fue un poco el comienzo de esta apuesta por el fútbol femenino, y aquel fue un proyecto muy chulo», revisa Elena, en alusión a un equipo que en cierto modo hizo de precuela del actual F11 absoluto.

«En el equipo de este año tengo a la madre de una de esas niñas que el pasado curso estaban en ese conjunto alevín, a partir del cual, en parte, ha nacido este equipo», precisa.

Después de cinco jornadas disputadas, la Unión es penúltima clasificada, con cero puntos, pero por mejor coeficiente goleador prevalece sobre el CD Menorca, colista de la liga balear. Una coyuntura que no escapa a la lógica y según lo comentado, de nula importancia, en tanto que Elena pone en valor otros factores.

«Las chicas trabajan muy duro, vienen a todos los entrenamientos, hacen cambios de turno o turnos dobles en el trabajo para venir a entrenar o para viajar, su compromiso es total, y por otra parte ya sabíamos que este año sería duro en lo que refiere a los resultados, a mi ya me sucedió en nuestra primera temporada con el Sami. Un primer año siempre es muy difícil», se extiende la preparadora unionista, que en contrapartida a esas cinco derrotas destaca que «el domingo nos golearon, y el lunes por la tarde aquí estaban todas entrenando. Les comenté que ‘algo estamos haciendo bien, si después de un resultado así ninguna falla’; la realidad es que no puedo quejarme».

Rivales

En otro orden, el deseo de que la sección de fútbol femenino de la Unión siga creciendo y dando pasos tal vez advierta una amenaza en otros clubes como el Sant Lluís o el Menorca, por su cercanía fundamentalmente. Elena no conviene a ello.

«No veo a esos clubes como una amenaza o competencia, al contrario, competir nos hará mejores y por ejemplo ojalá que pronto surja un proyecto femenino en Alaior. Creo que es mejor que en lugar de un equipo muy bueno en la Isla haya varios de un nivel más similar, y también considero que es importante que los clubes nos ayudemos unos a otros para que el fútbol femenino crezca», razona.
Asimismo, a partir de esa reflexión, cuestionamos a Elena Montenegro por su parecer sobre el estado del fútbol femenino y por sus posibilidades de crecimiento en el futuro, de lo que lógicamente dependerá también la proyección que la Unión puede tener en ese ámbito. «Creo que el fútbol femenino está viviendo un ‘boom’. Ha salido un equipo infantil femenino, en Ciutadella, que en la Unión también estuvimos a punto pero al final nos faltaron dos-tres niñas, la idea es que el año que viene haya un infantil. Y contar con cuatro equipos de Menorca en liga balear de F11 es un éxito; estamos en el momento en que sí podemos ir a más, la victoria de España en el Mundial de 2023 también significó un espaldarazo importante, aquí cada vez vienen más niñas», expone la entrenadora.

Y celebra, por último, los muchos tabúes que se han erradicado en torno al fútbol femenino. «Antes era muy difícil para las chicas, y quizá sí que en el futuro pueda haber equipos femeninos en todas las categorías del fútbol menorquín», apostilla Elena Montenegro, «muy contenta en la Unión, donde me siento como en casa», termina.