El entrenador del Mallorca, Javier Aguirre, se dirige a sus jugadores durante el entrenamiento de este viernes | Efe

TW
1

El Athletic Club y el Mallorca se enfrentan este sábado noche en el estadio sevillano de La Cartuja en la final de la Copa del Rey 2023/24, partido que se presenta como una auténtica cita con la historia, un desafío para poner fin a una sequía de 40 años en el caso del conjunto de Ernesto Valverde y de 21 en el del cuadro del mexicano Javier Aguirre.

Se presume un duelo de estilos, el del vértigo y la intensidad que encarna el Athletic, que a la vista del desarrollo de la temporada acude al encuentro como teórico favorito, y el del bloque y la firmeza atrás que ha aupado hacia su cuarta final copera al Mallorca.

Menorca, en la final. Los seguidores menorquines de la Penya Mallorquinista de Ciutadella que lidera Berto Gomila ya están en Sevilla | P.M.C.

El Mallorca de Aguirre se siente muy a gusto con la condición de gran favorito de su rival, pero el equipo, en su fuero interno, sabe que tiene opciones y luchará por tocar el cielo para levantar el segundo trofeo de su historia tras el que conquistó en 2003 en Elche.

«El Mallorca lo dará todo». Es la frase que resume el sentimiento de jugadores, cuerpo técnico, directiva y los 21.000 seguidores que acompañarán al equipo en el estadio de La Cartuja.

Otros miles, también, vivirán la final en todas las localidades de la isla mayor, y con el punto de encuentro situado alrededor de la pantalla gigante en pleno centro de Palma, cerca de la tradicional Plaza de las Tortugas, donde los mallorquinistas celebran sus triunfos, como la fiesta multitudinaria del ascenso en 2021.

Aguirre no ha querido mostrar sus cartas antes del choque decisivo. En el último entrenamiento celebrado en las instalaciones de Son Bibiloni, el ‘Vasco' contó con todos sus futbolistas, entre ellos, el central Martín Valjent y el centrocampista Omar Mascarell. El concurso de ambos generaba dudas, pero es probable que estén a disposición del entrenador de Ciudad de México si éste así lo estima conveniente.

El Athletic busca en Sevilla, otra vez en La Cartuja, escenario de sus últimos disgustos en la competición, su Copa más deseada, la que no logra desde hace 40 años tras ser durante casi un siglo el indiscutible rey de copas.

Sería la número 24, según las estadísticas oficiales, y la 25 que contabiliza el propio club vasco, que incluye entre ellas la Copa de la Coronación de 1902, el torneo con motivo de los festejos de la coronación de Alfonso XIII que sirvió de embrión de lo que desde entonces se conoció como la Copa con sus distintos apellidos.

El equipo bilbaíno llega a la que sería su cuadragésima final, entendiendo como tal los envites que le dieron sus títulos o sus 15 subcampeonatos. Sin duda este es el título que el Athletic más ha deseado porque cayó en las últimas seis finales a las que llegó, la primera de ellas en 1985, al año siguiente de su último título, y las cinco últimas ya en esta última década y media de darse continuamente de bruces con el gran Barça de Leo Messi

Aunque también le impidió alcanzar tan anhelado torneo la vecina Real Sociedad, que le ganó la final más larga que se recuerda, la de 2020, que tuvo que disputarse un año después de lo que estaba programado debido a la pandemia de covid.

Un par de Supercopas ganadas en quince años seguidos a gran nivel, venciendo también al Barcelona de Messi, no fueron suficientes para una afición decepcionada una y otra vez después de trasladarse en masa final tras final. Esta vez se calculan unos 70.000 los seguidores que acompañarán a los ‘leones' en su partido fetiche.

A esta cita, no obstante, el Athletic llega casi pletórico. Tras una derrota en el Santiago Bernabéu que estaba en el guión por su inoportuna colocación en el calendario pero peleándole al Atlético de Madrid una plaza en la Liga de Campeones del próximo curso. Y en Copa contando por victorias todos los partidos jugados: siete. Incluidos uno al Barcelona y dos al Atlético.