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El Barça goleó al Real Madrid (3-0) en el clásico veraniego de Dallas, en el AT&T Stadium, en un encuentro que fue de todo menos amistoso y que empieza a ser sana costumbre, porque el espectáculo fue mayúsculo pese a ser pretemporada. La igualdad sobre el césped no se tradujo en el marcador, pues el acierto culé se encontró con la mala fortuna blanca de cara a portería: cinco palos -tres de Vinícius-, y el doble de disparos a puerta que su rival.

Pero gana quien marca, y quién lo hace primero suele tener ventaja. Fue, cómo no, el Barcelona, que controló bien los primeros 20 minutos del encuentro y avisó con un zapatazo al larguero de Oriol Romeu. No fue hasta más tarde, en una jugada diseñada en la pizarra de Xavi, que los blaugranas verían puerta. El saque en corto de un córner descolocaría al conjunto merengue, mientras Pedri encontraba solo a Dembelé en el interior del área y el francés no perdonaba el primero. El Madrid se desató a partir de ahí y hasta el descanso, pero ni de penalti -por una mano de Araújo- logró acortar distancias -Vini la envió al larguero en su primer intento desde los once metros-.

El brasileño volvería a encontrarse con el larguero antes de que los jugadores se retirasen a vestuarios - también Jude Bellingham justo después- en otra de las abundantes ocasiones de una primera parte muy vistosa. En el Barcelona, Dembélé, un puñal por la banda derecha ante un Mendy desbordado, rozó el segundo pero su centro se paseó por el área pequeña sin encontrar rematador. Poco a poco fue creciendo el Madrid y a partir del 30 tuvo varias oportunidades, sobre todo en las botas de Rodrygo que se topó con un muro llamado Ter Stegen.

La primera parte se vivió con pasión y varios roces entre los jugadores, alguna entrada fea y fuera de lugar y una tangana en el último tramo de la mitad para un partido que no parecía nada amistoso. Aun así, lo peor al descanso fue el abultado parte de bajas ya que Gündogan y Christensen en el Barcelona y Mendy en el Madrid se retiraron antes del intermedio por molestias físicas.

Era difícil que se mantuviera el ritmo en la reanudación y el encuentro bajó de revoluciones. Carlo Ancelotti optó por los viejos roqueros Luka Modric y Toni Kroos para reactivar un centro del campo madridista bastante espeso. Ganó presencia el Madrid, que de nuevo se dio de bruces con el larguero con un enorme disparo de Aurélien Tchouaméni y que rozó en tres ocasiones el empate en las botas de Vinícius Jr.

El brasileño se resbaló en el momento más inoportuno cuando iba a disparar desde el punto de penalti; tras una gran jugada individual estuvo a punto de meter un golazo pero su disparo se marchó por centímetros; y, en la recta final, volvió a estrellarse en el larguero. La falta de puntería la acabó pagando cara el Madrid y el Barcelona cerró su victoria con un fenomenal zurdazo desde fuera del área de Fermín López en el 85 y con un tanto definitivo de Ferran Torres en el 91.