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Liquidadas las vacaciones de Navidad el próximo fin de semana regresan todas las competiciones que ocupan al deporte menorquín, entre ellas, la Liga Regional Preferente. Lo hará, esperemos, envuelta en la misma incertidumbre que aporta la emoción necesaria por el amplio ramillete de candidatos al título, pero también, esperemos, con una rebaja oportuna de la tensión que presidió las dos primeras jornadas antes del parón navideño.

Casualidad o tendencia, lo cierto es que la segunda categoría del fútbol insular vivió hasta cinco expulsiones de entrenadores en tan solo dos jornadas del campeonato. La cifra es excepcional considerando que en las nueve jornadas de la Copa solo hubo tres entrenadores expulsados, que fueron Pere Vadell (Ferreries), David Moreno (Migjorn) y Tóbal Tudurí (UE Sami). De esas cinco expulsiones em los banquillos de la Regional menorquina cuatro corresponden a equipos que son candidatos indiscutibles al título en juego.

En las dos primeras semanas del campeonato de Liga Pere Vadell (Ferreries), Tóbal Tudurí (Sami), Julián Calzada (Alaior), Joan Melià (UD Mahón) y Tonio Barber (segundo entrenador del Ferreries) fueron desalojados de los respectivos encuentros que dirigían a sus equipos, y en todos los casos, por protestar deciciones de los colegiados de turno. Vadell, Tudurí y Calzada han sido sancionados con un partido mientras que Tonio Barber, ayudante de Vadell, ha sido castigado con uno por doble amonestación y otros tres por menosprecio notorio al colegiado.

La mayor sanción ha recaído en Joan Melià, el entrenador de la Unión Deportiva Mahón, que tras apertura de expediente informativo por parte del subcomité de competición de la Junta de Menorca, ha sido castigado con cuatro partidos de suspensión 'por protestar de forma airada y menosprecio notorio al árbitro'. Melià, que acumula un historial excesivo de expulsiones en la categoría, vio la roja directa en el minuto 89, es decir, cuando su equipo ya perdía por 3-0 y el partido estaba absolutamente resuelto sin que el cuadro mahonés hubiese tenido demasiadas opciones de puntuar a lo largo del choque. Melià llegó a manifestar el pasado año su intención de abandonar el cargo porque intuía una persecución arbitral.

En cuanto a Pere Vadell, temperamental donde los haya, recibió dos partidos de sanción por su expulsión en la jornada séptima de la Copa, a cargo del árbitro Óscar Benejam, y ahora uno más, por la roja directa que vio en la semana inaugural de la Liga ante el Sami. También Tóbal Tudurí ha sido expulsado en Liga, en esa misma jornada, y en la cuarta de la Copa. En ambos casos ha recibido un encuentro de suspensión.

Pero en muchas ocasiones no solo los entrenadores pierden los papeles. También los colegiados yerran o se precipitan en la adopción de decisiones determinantes como son la expulsión de un jugador o un entrenador. Pedro Bermúdez echó a Pere Vadell en el primer partido de liga -Sami-Ferreries-, a los 15 minutos de juego, y solo 15 minutos después hizo lo mismo con el técnico local, Tóbal Tudurí. Nervios en los banquillos, en suma, protestas difíciles de evitar y consecuencias gravosas.


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