Clausuró ayer el Mercadal su excelsa trayectoria en los últimos dos meses con un revés en Binissalem que neutraliza, de momento, su camino hacia el play-off. No mereció el adverso marcador el grupo de Lluís Vidal, que se vio, además, perjudicado por un gol fantasma no concedido por el colegiado en la segunda parte cuando las imágenes de televisión dejaron la sensación que el balón había traspasado por completo la línea de gol. El partido perdido, en discrepancia con los méritos del equipo, debería fortalecer su moral para seguir porfiando por la ilusión de acabar la liga entre los cuatro primeros más allá de que ayer quebrara sus largas siete jornadas de imbatibilidad.
Nació el choque impregnado del ritmo alegre que le inyectó el Mercadal. Mejor dispuesto sobre el césped de Can Fetis, el conjunto de Lluís Vidal irrumpió con descaro en el combate por la cuarta plaza de la clasificación a pesar de sus notables ausencias frente a un Binissalem incapaz de superar la línea de presión rojiblanca en el centro del terreno.
Joel, Mas y Calero tejían los primeros hilos de la tela de araña que sujetaban más atrás Alberto y Fedelich. Solo el veterano Paco Plata parecía aunar recursos técnicos para descoserla. Contribuyó, quizás, al temor del Binissalem la primera acción peligrosa del choque que sobrevino a los 11 minutos en una falta lateral botada por Calero, que despejó Toni Fons y Alberto estuvo apunto de rematar. Pero había sido nada más iniciarse el juego cuando David Mas, en el segundo palo, conectó ligeramente desviado un buen centro de Sergi Viroll, en la segunda aproximación más clara de los de Vidal en el primer tiempo.
La brújula del encuentro estaba en manos del Mercadal, no tanto por el peligro que creara ante Toni Fons, sino por la incapacidad del Binissalem para aproximarse a Karin, el meta elegido en esta ocasión por Lluís Vidal. Sin embargo el fútbol caprichoso brindó al cuadro local un tanto sicológico a cuatro minutos del final en un error del portero mercadalense que salió tarde a despejar una falta botada por Contreras, y Blai se adelantó para cabecear el gol que rompía la igualada.
Error y gol
Quedaba hecho añicos el entramado defensivo de los de Sant Martí, que habían permitido el remate franco de Blai, con la colaboración de Karim, y además veían como sus dos centrales, Domi y Jeroni, ya acusaban una tarjeta amarilla. Tanto es así que en el último minuto Paco Plata pudo hacer el 2-0 en un despiste monumental de la zaga mercadalense ya que el excelente jugador del Binissalem remató sin oposición a las manos del portero mercadalense.
No consiguió mejorar sus prestaciones ofensivas el Mercadal tras el descanso ante un Binissalem contemporizador hasta que Vidal optó por mirar al banquillo. La entrada de Lacueva por Calero impulsó el juego rojiblanco de inmediato hasta adueñarse del juego y sus sensaciones. Un primer remate del extremo, desde el segundo palo, con cierto peligro, fue la antesala del gol que no subió al marcador cuando, por televisión, la imagen pareció mostrar que el balón impulsado por Joel y despejado por un defensa, tras un nuevo centro de Lacueva, había traspasado la línea de meta.
Se sucedieron los remates del Mercadal, en cabezazo de Héctor, disparos de Víctor y Jeroni pero ninguno de ellos encontraba el camino deseado mientras el Binissalem esperaba una contra a partir de los balones que cazaba Paco Plata.
Se agota el combustible
Pero en el último cuarto de hora el combustible semiagotado atemperó el ánimo mercadalense que solo volvió a llegar a las inmediaciones de Fons con un disparo lejano de David Mas. Ya en el descuento, David Melià perdía un balón ante Salvà y este habilitaba a Toni López para que encarara a Karin y cerrase el partido con un tanteo que no reflejaba lo que había sido el partido, aunque aún el mismo jugador pudo hacer el tercero en jugada similar que abortó el propio Karin con una gran intervención.
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