Todavía a estas horas andará la hinchada del Menorca preguntándose si su equipo ganó un punto o dejó escapar dos ante el Cornellà, que firmó un gran fútbol. Los argumentos son sencillos ya que por un lado los azulgrana disfrutaron de un sinfín de ocasiones para ganar pero también las tuvieron los catalanes, lo que obligó a Enric a lucirse. El punto varía más bien poco la tabla pero manda un mensaje de confianza al vestuario en torno de la figura del portero de Ferreries.
El partido empezó sin dueño ni alternativas pero con la sensación de que al Cornellà le bastaba un suspiro para amenazar al Menorca. El delantero Yeray, que lleva 11 de los 21 goles de los verdiblancos, tuvo la primera ocasión en un disparo de fuera del área que se marchó por la derecha. Poco a poco el conjunto catalán tendió su particular manto de fútbol que se basaba en darle el balón a Pau, el medio organizador, o buscar la velocidad punta de Yeray. Los locales imitaban la estrategia, salvando las distancias, con esféricos a Lluís Camps que cuando controlaba estaba demasiado solo.
Pero al punta de Ciutadella eso le importa poco. O al menos eso pareció a los 28 minutos cuando clavó un golazo olímpico para asombro de todos. Quizás golazo se queda corto, pero ese detalle de calidad sirvió para cambiar radicalmente el partido. Se vivieron unos minutos frenéticos en los que el central visitante Nacho mandó un potente remate de cabeza al larguero, un fallo de Domi dejó un balón franco a Yeray que intentó recortar a Enric y el portero tocó lo suficiente para quitarle el esférico. No acabó ahí la jugada porque el rechace, con el meta vendido, cayó a los pies de Vargas y su chut lo sacó en la línea Ametller.
El achuchón visitante encontró réplica en las botas de Xiscu Martínez al controlar un pase en largo ante Sergio pero el portero enmendó el error anterior despejando con el pie. También estuvo acertado el guardameta catalán poco después en un disparo lejano de Luis Martínez que desvió a córner. Lo intentó de nuevo Camps pero Sergio despejó de puños sobre la línea.
El lavado de cara del partido animó, además, a una afición que no acaba de poblar la tribuna cubierta del Estadi Maonès. A cinco minutos del descanso, Lluís Vidal tuvo que cambiar al lateral Farrando por lesión y le suplió Juanito. La modificación alteró, además, el dibujo táctico, devolviendo a Biel al lateral, moviendo a Izan al centro del campo y dejando el carril derecho para el jugador cadete.
El partido pareció perder quilates al inicio del segundo acto. En el 53, Yeray probó fortuna de nuevo y Enric desvió el balón, el despeje le cayó a Vargas y tiró al lateral. No falló en el 57 cuando recogió un balón en la frontal, recortó en un palmo a Ametller y con la punta logró el empate.
Reaccionó al instante Vidal quitando a Izan y dando entrada a Tòful, medio por delantero. De golpe, al Menorca le quemaba el balón mientras que el Cornellà aportaba el criterio. Enric se lució en el 61 a tiro de Jonathan y en el 62 rechazó una opción de Pau pero pecaba en el abuso de balones en largo a Camps. Un pase entre líneas al delantero lo dejó solo ante Sergio pero resolvió mal y flojo.
Un trallazo de Pau que hizo un extraño y repelió el larguero metió el miedo en el cuerpo a la afición en el 67 y segundos después Enric sacó un cara a cara con Yeray. Con Urbina, Tóful y Alí en el campo el Menorca mejoró sensiblemente. La mejor opción fue un chut de Rubén que despejó Sergio con la yema de los dedos en el 83. La última la tuvo Tóful pero apostó por la fuerza en lugar de la sutileza y el balón se fue por alto.
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