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El RCD Espanyol vive días convulsos. A nivel de primer equipo y a nivel de institución. Pero la mala situación global del club tuvo su capitulo especial durante este verano en el fútbol base, y también a nivel del equipo de la División de Honor, con el que el CD Menorca se enfrentará este domingo a mediodía en la Ciutat Esportiva de Sant Adrià de Besós.

La lista de nombres es amplia en tan solo tres meses. Antonio Morales, conocido de sobra en el fútbol catalán como presidente de la Gramenet, empezó como directivo encargado de dirigir un fútbol base periquito otrora prodigioso -ahora lo es, pero menos-. Su periplo estuvo lleno de vicisitudes, como que su coordinador, el también ex-entrenador de la Grama, Ferrán Manresa, solo estuviera en el cargo dos meses.

Morales dimitió poco después y entró en su lugar Germán de la Cruz. Junto a él, un ex jugador del club, Álex García... Que también duró dos meses para dar paso a Cristóbal Casado.

Casado es el actual coordinador, pero, ante la situación de descomposición en la junta de accionistas actual, es muy posible que también sea finiquitado.

Eso a nivel de directiva y coordinación del fútbol base. Centrados en el rival del Menorca, también ha habido sus dimes y diretes, que se han transformado en una racha desigual en un equipo que históricamente ha combatido con el Barça la supremacía en el fútbol catalán formativo, con el primer equipo como gran espejo en el que mirarse.

Esta temporada, el equipo de División de Honor empezó con otro clásico en Barcelona, el técnico José Antonio García Escribano. Pero no funcionó: tras las tres primeras jornadas, el club lo destituyó debido "a la voluntad de cambiar la dinámica negativa del inicio de la temporada y a favorecer el proceso de formación de los futbolistas". Con Escribano, el equipo ganó al Cornellà (2-1), empató con la DAMM (4-4) y fue vapuleado por el Badalona (5-1), la auténtica espoleta para su destitución.

En su lugar llegó Sergio Piña, un técnico que estuvo ocho temporadas en el fútbol base del Real Madrid. Con él, el equipo reaccionó con cuatro victorias seguidas que se truncaron ante el Mallorca y Barça con dos derrotas seguidas. Ahora parece que se vuelve a rehacer tras vencer el pasado domingo al Nàstic (0-1). Piña parece haber reconducido a un equipo que ha vivido en un entorno convulso.