Marc Urbina Rubio (Maó, 27 de enero 1995) habla el idioma de los privilegiados, de los que racanean en palabras pero desbordan alegría con un balón entre los pies. Delantero hábil, técnico y sutil todavía en su segundo año de juvenil parece haberle tomado la medida a la División de Honor con el Menorca. Siete goles en siete partidos le colocan como uno de los 'killers' más efectivos del panorama nacional. "Yo solo juego al fútbol porque me divierte, porque es lo que me hace feliz y es lo que me ha acompañado desde que tenía tres o cuatro años", resume humildemente.
El fútbol ha obligado al joven delantero a crecer a marchas forzadas, como a muchos otros que se han quedado por el camino. Compitiendo siempre en una categoría superior a la que le tocaba, este habitual de las concentraciones con la Selección Balear asegura que el secreto "es la constancia, no dar por perdido ningún balón y estar en el sitio y momento oportunos, sin olvidar que sin mis compañeros no habría marcado ninguno de los siete goles".
Pero no todo ha ido de cara. Urbina tuvo que saborear en un inicio el banquillo, una demarcación a la que hasta ahora estaba poco acostumbrado. "No me esperaba empezar la competición siendo suplente, pero creo que me vino bien para saber que me tenía que esforzar más y para aprovechar al máximo cada minuto que me han dado". Humildad y pies en el suelo para un joven que ni se plantea ser futbolista: "No pienso en ello, ahora solo quiero disfrutar".
La excelente media goleadora que lleva le puede llevar a dar un paso adelante en su carrera, pero tampoco se obsesiona con ello. "Motiva que te puedan venir a ver ojeadores porque está muy bien competir con el Menorca, tu club y el de tu isla, pero no hay tantas salidas como en otros sitios y aspiras a más", admite el '7' azulgrana, que asegura que "creo que en el equipo no somos todavía conscientes de que esta categoría es casi profesional y hay tonterías, como por ejemplo que pongan la alineación en una pizarra para el público y cosas así, que te hace sentir como en la élite". Además, se toma "con calma todos los comentarios y rumores que pueda haber sobre si hay intereses de otros equipos, pero lo cierto es que no he oído nada".
"El objetivo principal es la permanencia y si seguimos así no dudo que lo vamos a lograr", explica Urbina Rubio, matizando que "me esperaba un inicio más difícil pero ahora nos está costando puntuar fuera de casa y creo que esa debe ser la nueva meta".
El mahonés, madridista convencido, guarda con especial cariño la visita de hace unas semanas a la ciudad deportiva del Barça. "No les tengo ninguna envidia porque el Menorca está al mismo nivel", sentencia el joven, aunque desvela que "fue una pasada jugar contra el Barça porque cuando llegas a la Ciudad Deportiva te das cuenta donde estás, pero jugando contra ellos ves que son chicos como tú aunque con aspecto más profesional".
Marc apunta que su vida en un año ha cambiado, "en que ahora hay que tomarse más en serio el fútbol y los entrenos; en verano hacíamos dobles sesiones y ahora entrenamos cinco días a la semana, hay que ganarse el puesto y antes bastaba con ir a entrenar".
¿Qué opina el goleador de su entrenador, Lluís Vidal? "Es un técnico normal, que te exige constancia, que no dejes de correr ni de poner la pierna porque cada balón es una historia distinta".
Las frases cortas y las respuestas monosílabas que predominan en la entrevista cambian cuando el balón aparece de por medio. Entonces empieza un monólogo sin mover los labios. Marc habla el idioma del balón y del gol, el que a muchos les gustaría dominar.
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