El Constància cortó de raíz la racha de seis partidos de imbatibilidad que sumaba el Mercadal con un triunfo claro ayer en Sant Martí (0-2).
El equipo de Nico López llegaba a Sant Martí con la etiqueta de equipo invicto -el único de la Liga- y lo demostró. Con una excelente primera mitad dejó el encuentro finiquitado, gracias a dos tantos en apenas cinco minutos. Los goleadores fueron Ángel y Oller. El Mercadal se vio totalmente superado por el cuadro visitante, y a pesar de sus ganas en el segundo tiempo, la superioridad de los hombres de Nico López quedó patente sobre el rectángulo de juego.
Pasó un gran equipo por Es Mercadal. En el primer tiempo hizo los deberes, y en el segundo aguantó con un gran empaque las tímidas llegadas de los hombres de Yeray Rodríguez. El Mercadal ve truncada su mejor racha del campeonato, de seis partidos invicto.
El Constància, desde el inicio, tomó el mando demostrando toda su calidad, con un fútbol control de toque, que no permitía a los hombres de Yeray salir de su propio terreno de juego. Seguían tocando y triangulando los de Inca, y Oller avisó con un disparo que repelió la cruceta. La primera aparición local fue gracias a dos sendos saques de esquina, pero no consiguieron su propósito. El único desajuste de la zaga del Raiguer permitió a Lacueva internarse en el área, y el agarrón que sufrió por parte de un defensor, no fue apreciado por el colegiado, lo cual originó las protestas de la afición local.
El Constància seguía a lo suyo, dominando el tempo de partido a su antojo. Así en cinco minutos noqueó las esperanzas rojiblancas. Primer mazazo, en el minuto 30: se escapó Ángel, que batió a Cristián, 0-1. En el 35, Guasp se sacó un zapatazo que repelió el travesaño, y, muy atento, Oller anotaba el 0-2. Justo premio para los hombres de López cuya atractiva propuesta futbolística daba resultado.
A partir de encajar el segundo gol, se estiró un poco el Mercadal, pero le faltaban ideas y debía mejorar muchos en sus prestaciones, si quería sacar algo positivo en el segundo período.
Con todo perdido intentó mostrar otra cara a su público, presionando al cuadro inquer, pero la empresa se antojaba difícil. Yeray arriesgó, y realizó la primera sustitución, dando entrada a Camps, su hombre más enrachado cara a gol, por Melià. Pero los que volvieron a acariciar el gol fueron los visitantes, y Oller tuvo el tercero en sus botas. En el 67 lo intentó Camps de golpe franco pero se fue desviado. Lo intentaban los rojiblancos, pero con más corazón que cabeza, y además enfrente estaba un gran equipo que no mostraba ninguna grieta y se llevó los tres puntos de forma merecida.
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