Derbi blaugrana. El Ferreries se llevó el partido con un gol postrero de Caballo ante un Alaior que globalmente no mereció perder - Paco Sturla

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El primer derbi menorquín de la temporada acabó en 0-1 porque Caballo estuvo en el sitio preciso cuando peor estaba su equipo, el Alaior apretaba más y se mascaba el 0-0, en un encuentro que cubrió las expectativas de competitividad e intensidad que se preveían y que se animó sobre todo en la segunda parte.

Los primeros compases del partido fueron la primera muestra de los roles de Alaior y Ferreries, del local y visitante ayer: el equipo albinegro llevando la iniciativa, probando los primeros tiros a portería (Andreu en el 1, Migue Coll en el 3) y el Ferreries, al contrario de lo que decía Andújar en la previa, cediendo el balón, tirándose atrás, buscando la contra en balones largos. Pero el dominio alaiorense tampoco era muy agobiante.

Casi todo el peligro llegaba a través de balones en largo o faltas en línea de tres cuartos donde el balón buscaba un cabezazo a portería. Pero poco más: líneas muy juntas, presión por doquier, gasto físico pretendiendo mover rápido el balón, pero con muy poca precisión, menos ideas y algunos fueras de juego.

El dominio inicial del Alaior fue cediendo intensidad con los minutos, y el Ferreries pudo empezar a acercarse a las inmediaciones de Jesús con cierta frecuencia a partir de la media hora, con acciones de Kaké y Joshua, llegándose al descanso con un tiro con pretensiones del ferreriense Raúl que se marchó alto en el 40 y un uno contra uno de Joshua con Jesús sin consecuencias en el 44.

El relato del duelo siguió en el segundo tiempo en las mismas proporciones y sin cambios en ambos equipos. A los cuatro minutos Jaume, en un semierror, tocó el balón involuntariamente, pero el colegiado pitó una falta al borde del área que no tuvo consecuencias en el tiro de Kaké.

La respuesta local llegó en un casi remate de Villalonga, en una buena jugada de banda de un Alaior que afinaba poco a poco para llevar la inquietud a la portería ferreriense, sobre todo en base a los saques de esquina que forzaba.

Quizá por ello, en un cómputo global, los de Moreno merecieran más. Pero Caballo, recién salido al terreno de juego en el minuto 83, estrelló un balón en el palo que pudo cambiarlo todo un minuto después de su salida. No fue así y poco después el colegiado anuló un gol por fuera de juego inexistente a Migue Coll.

Apretó el Alaior hasta el final, y recordó mucho ese gol anulado, pero lo que pasó es que Caballo estaba ahí, en el segundo palo, para aprovechar una contra y marcar el 0-1 en el 89. Fue durísimo para el Alaior, que en el segundo tiempo hizo más méritos que el rival, un Ferre que en el primer tiempo dio mejor imagen y que vio, porque "fútbol es fútbol", que a veces estar en el sitio justo y en el momento justo es suficiente. Es lo que hizo Caballo, providencial.