Noceras. El lateral del Sporting Mahonés intenta cortar la progresión de Pucho, bajo la atenta mirada de Rubén Carreras, en un lance del partido de ayer - Gemma Andreu

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No habrá semana de relajación. Dos zarpazos del Alzira al final de cada parte decantaron un duelo que se presumía festivo antes de comenzar porque el Sporting Mahonés tenía a mano ofrecer a la nutrida afición que se acercó hasta Bintaufa el regalo de la permanencia. Pero no sólo no se certificó la continuidad en Segunda B sino que el asunto se ha complicado de lo lindo. El equipo blanquiazul mostró, sobre todo en la segunda parte, una imagen precipitada e imprecisa. Joan Esteva no acertó en los cambios, quizás condicionados por la pronta e inesperada lesión de David Sánchez, hecho que acabó pagando el joven Newman, que por segunda vez en lo que va de campeonato empezó el partido de suplente, entró en el campo y fue cambiado antes de que terminara el partido, una decisión que un sector de la grada le recriminó. Tres puntos más que vuelan de Bintaufa y el Sporting que está obligado a ganar la semana que viene en Gandía para evitar jugarse la permanencia en un partido de promoción.

El arranque del partido fue entretenido. La primera ocasión local llegó a los dos minutos en un buen chut del joven Ignasi, que repitió titularidad en detenimiento de Trujillo, al que respondió Sito. En la siguiente jugada fue el Alzira el que se pudo adelantar, primero en un tiro de Pulga que rechazó Moso y luego en el posterior disparo de Ballester que se marchó fuera.

El Sporting Mahonés tomó inicialmente el control en los que fueron los mejores minutos del partido y Newman tuvo que entrar en el campo para substituir a David Sánchez. Poco a poco los dos equipos fueron perdiendo el impulso inicial y las ocasiones desaparecieron. Ruben probó suerte en un latigazo lejano al que respondió bien Sito. El Alzira, con un juego más reservado, pudo abrir el marcador en una jugada personal de Pulga, que dejó atrás a dos defensores, y cuyo disparo desvió Moso. Ruben, de nuevo, protagonizó una contra lanzada por Marcos en la que el alaiorense se precipitó chutando alto y desviado.
Cuando el reloj del colegiado ya sobrepasaba los 45 minutos, una falta botada por David Fas la remataba de lujo Pablo Vidal, ajustando el balón al palo izquierdo de Moso. Golazo y pitido final. El jarro de agua fría que inundó Bintaufa hacía temer lo peor.

El segundo tiempo arrancó con una apuesta de Esteva por la creatividad de Méndez Canario por Ignasi. El centrocampista buscó el balón con insistencia pero ni él ni Vates pudieron crear juego con comodidad. El Sporting mostró su versión más apática y, por algunos momentos, parecía que no se jugaba nada y que el 0-1 le satisfacía. A la falta de ocasiones se sumaron las prisas y las imprecisiones. El lapidario paso de los minutos propició que progresivamente Jeroni se situara de delantero centro, mientras le llovía balones desde la defensa.

La entrada de Trujillo por Newman animó a la hinchada local aunque el mallorquín no estuvo determinante. La falta de ideas general se suplía con pelotazos en los que los centrales del Alzira eran nítidamente superiores.

Jeroni tuvo la mejor ocasión en los instantes finales pero su remate, a pase de Trujillo, se fue fuera por poco. Con el Sporting lanzado al ataque y con muchos espacios, el Alzira se limitó a esperar una contra que llegó en el 91 y en la que no falló Pulga (0-2). El Sporting deberá ganar en Gandía si no quiere más problemas.