El Alaior y el Montuïri se empaparon ayer del ambiente en el partido que acogió el municipal de Los Pinos y ofrecieron un entretenimiento que se ajustó a la gélida tarde que se vivió (1-1).
Tuvo el partido un inicio interesante y atractivo, coincidiendo con los últimos ratos de sol, pero tras los dos goles el juego se fue apagando y enfriando, del mismo modo que bajaron las temperaturas.
Los hombres de Marc Serrano no pudieron culminar el brillante triunfo ante el Poblense con algo similar ante el Montuïri, pero por lo menos no cedió todos los puntos.
El Alaior salió con un aire ambicioso, como si el resultado final del partido se fuera a decidir en los primeros compases. A los dos minutos, Juanlu conectó un cabezazo al larguero, aunque el juez de línea decretó que fue en fuera de juego.
Con una superioridad evidente, los locales se adueñaron de todo lo que había en el campo. Óscar Troyano, técnico visitante, vociferaba desde la grada mientras la sección veterana de la afición blanquinegra se mofaba y se 'encariñaba' con el visitante Tomeu, regalándole una tarde bastante dura de soportar con comentarios para descentrarlo.
El Alaior tradujó pronto su mejor juego con un gol. Lo hizo Juanlu, de cabeza, al rematar una falta botada por Calero, gracias a una diablura de Ignasi en el vértice del área. Con el 1-0 el conjunto local se mantuvo fiel a su oferta, mucho más atractiva que en otras tardes, pero en un fallo defensivo, el Montuïri logró dejar solo a Kiko ante Toni, que no pudo hacer nada ante el tiro cruzado del mallorquín.
El empate congeló las ideas a los dos equipos, que se tutearon con exceso de recelo hasta el descanso y lo acabaron pagando las 200 personas que se acercaron hasta Los Pinos. No hubo ni polémicas arbitrales ni salidas de tono y hasta Tomeu pudo descansar un rato de su particular calvario.
Marc Serrano propuso una solución en el intermedio. Cambió la juventud de Sintes en el centro del campo por la experiencia de Joan Melià, pero el que hizo el primer movimiento fue el Montuïri, que a los cinco minutos vio como Paco Pérez remataba por alto al larguero. Perea respondió también por alto en el 60 pero su remate se fue fuera. El balón se acomodó en el centro del campo y la acción perdió brillo.
En el tramo final, las prisas tomaron protagonismo y tiñeron el desenlace. Joel y Aitor dieron mucha velocidad en las bandas y llevaron peligro. Joel tuvo la victoria en un remate al larguero y el Montuïri, sobre la bocina, quemó su último cartucho en una jugada que despejó Calzada.
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