Aunque la cita se contextualiza dentro de un nuevo año será la segunda consecutiva que disputa el equipo menorquín en Maó en menos de siete días (en la anterior, última de 2024, dio cuenta del HLA Alicante, frente al que obró una victoria de gran importancia), y que encara con el propósito de seguir engordando su casillero de triunfos y de afianzar la que ya es su mejor racha en la Isla en la presente campaña (de ganar, el Menorca, 5-9, prolongaría su invicto como local a tres partidos seguidos; con antelación sometió al Alimerka Oviedo y al cuadro alicantino).
Día 2
Será también el de este sábado, por otra parte, el segundo capítulo del Menorca sin el concurso de Jordan Davis desde que el estadounidense emprendió rumbo al baloncesto heleno, estas Navidades. El anterior se supo y se pudo solventar en signo positivo (y con el de Las Vegas apenas se suscribió un balance de 1/4), si bien el segundo, el de esta jornada, a priori multiplica el grado de exigencia, tanto por la condición de exACB que ostenta el equipo palentino como por la calidad y recursos que concentra en su plantilla, diseñada para tratar de recuperar su lugar en la primera liga, según refirió en verano su propio director deportivo, Urko Otegi (el exjugador vasco, un pedacito de la historia del baloncesto insular, es uno de los hombres fuertes en la estructura del Palencia).
En el apartado anotador destacan fundamentalmente en las filas palentinas el ‘3-’4’ argentino de origen polaco Juan Pablo Vaulet, quien después de una doble etapa en el Manresa y en ACB, en la que intercaló un año en el AEK Atenas, está experimentando una gran incursión en Primera FEB (15 puntos y 4.6 rebotes, sus promedios) y el escolta estadounidense Adam Kunkel, de estreno este año en el baloncesto español (14 tantos por duelo).
Por dentro, donde también ayuda el citado Vaulert, el pívot Cameron Krutwig, ex de los Ramblers de la Universidad de Loyola-Chicago y quien integró la plantilla del Lleida que obtuvo el ascenso el curso previo, se significa como el principal baluarte del conjunto que entrena Luis Guil (doce puntos y más de seis capturas, sus cifras). El neerlandés Lucas N’Guessan, de considerable recorrido en el ámbito FEB, también ayuda en la pintura.
El jamaicano Alec Wintering (3.6 asistencias por partido), después de un año en Estudiantes, ha retornado al cuadro con el que ascendió en 2023 con la ambición de repetir aquel éxito (la anterior fue la primera y única temporada del Palencia en ACB); es uno de los principales focos del ‘backcourt’ palentino, donde también aporta el ‘2’ escandinavo Tobias Borg, a quien apodan ‘el sueco volador’, lo que delata su condición física.
Y un dato también revelador acerca de lo que se va a encontrar este sábado el Menorca; el Palencia es, después de Tizona Burgos y Estudiantes, el tercer equipo que más anota de la liga (88 puntos por partido), un rival que gusta de jugar a muchas posesiones (al contrario que el cuadro de Javi Zamora) y con capacidad de amenaza en todos los espacios del juego. Aterriza en la Isla en una racha abierta de tres triunfos y con un balance de 10-4.
El Hestia Menorca, en el que hace seis días reapareció Marko Lukovic (el serbio, sin estar en su mejor tono físico, aportó calidad y carácter en la victoria sobre Alicante, además de espolear a la grada en diversos pasajes del partido) y ya cuenta con el escoltar magiar Andras Tanoh Dez a pleno rendimiento en los entrenamientos, por lo que su retorno a la acción, salvo contratiempo de última hora, ocurrirá esta jornada, tratará de optimizar hasta la máxima expresión el factor cancha, como hizo en sus dos citas anteriores, para tratar de contrarrestar el aluvión de prestaciones que amontona el proyecto castellano-leonés.
No en vano, Agropal Palencia, de cuantos adversarios han desfilado hasta la fecha por el Pavelló, se presume de los más completos y poderosos. Todo un reto para el Menorca en su primera cita de 2025.
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