Llull, ligado al Real Madrid desde que llegó, en 2007 | Archivo

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O mucho cambian las cosas, o al base mahonés, Sergio Llull, de 36 años, ya no lo moverá nadie del Real Madrid de baloncesto, en una clara declaración de intenciones del insular de retirarse en la capital de España. Y es que a falta de que la entidad que preside Florentino Pérez lo haga oficial, este diario ha podido saber que el club blanco y el director de juego internacional menorquín habrían sellado ya su enésima entente, por la que Llull quedaría ligado al Madrid, hasta mínimo junio del 2025.

Llull llegó al Madrid en mayo desde 2007 y, desde entonces, se ha convertido en una verdadera leyenda del club blanco hasta convertirse en capitán, en un honor que compartía junto al mallorquín, Rudy Fernández.

La pasión y devoción que siente por el Madrid el jugador menorquín han sido determinantes para que Llull haya incluso pactado con la entidad madrileña una nueva nómina a la baja y en el que podría ser quizás su último año como jugador, siguiendo los pasos del propio Rudy o de Sergio Fernández.
Con esta nueva renovación, Sergio Llull- llegado al Madrid tras su paso por el Manresa y de la mano de Joan Plaza- acumulará ya 19 temporadas en el club madridista, en disposición incluso de poder superar a otro histórico del Madrid, como fue el pívot, Rafa Rullán.

Fue pocas jornadas después de cerrar con nota el Preolímpico cuando se sentaron Madrid y Llull para cerrar un trato beneficioso para ambos, ya que las dos partes tienen claro que quieren seguir de la mano. Llull continúa en el Real Madrid pese a acabar contrato este verano y su renovación parecía encauzada hacía tiempo y en estos días antes de los Juegos Olímpicos de París apunta a hacerse oficial.

El eléctrico ‘dos’ mahonés, si bien ha ido perdiendo protagonismo y minutos, sigue siendo un jugador determinante en la pizarra de Chus Mateo y sus apariciones en momentos puntuales son letales para el equipo blanco, por su experiencia, saber estar en la pista y su desparpajo característico, capaz de dinamitar un partido en apenas unos minutos, ya sea en las competiciones españolas o en la Euroliga.