El base del Hestia Menorca, Clevin Hannah, intenta progresar entre dos rivales en un partido de este año en Maó. | Katerina Pu

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El Hestia Menorca afronta en la tarde-noche de este sábado ante el Grupo Alega Cantabria un partido, si no capital, sí de gran trascendencia en su objetivo de asegurar con la mayor premura su permanencia en LEB Oro de modo matemático (Pavelló Menorca, 19.30 horas).

Un duelo del que además será completamente imposible disociar de su componente emotivo, al militar en las filas del equipo rival Agustí Sans Valls (1995), el único jugador mahonés que actualmente pertenece a la liga (que junto al ciutadellenc Joan Faner conforma la exigua cuota menorquina en la segunda categoría del baloncesto español), y que además afronta el que será su primer compromiso en la Isla como profesional.

Una presencia en absoluto testimonial y en cambio sí fundamental dentro de la azotada, a causa de bajas y lesiones que se le han reproducido de modo continuado esta temporada, estructura del equipo cántabro.

Y es que Sans es el tercer jugador del Grupo Alega Cantabria con mayor minutaje esta temporada (a razón de cerca de 24 minutos por encuentro), acredita su quinto mejor promedio anotador (7.5 puntos por cita), es, de largo, su líder en asistencias (casi 4 por día) y su segundo mejor ‘ladrón’ (1.2 recuperaciones de promedio).

Más allá de sus cifras, cabe poner de relieve también el talento, experiencia y saber estar en la cancha de que hace gala el base de Maó, que, con 29 años cumplidos el mes pasado, parece haber alcanzado el punto de madurez ideal para exponer su mejor versión como jugador.

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Contener la capacidad para hacer jugar y mover el ataque del Cantabria a que acostumbra el director de juego menorquín formado en el Joventut será, sin duda, uno de los primeros pasos que acerquen al Hestia Menorca a un triunfo que, de lograr, le permitirá sobrepasar en la clasificación al equipo montañés, puesto que los dos equipos están igualados (duodécimo Cantabria, y décimoquinto clasificado el Menorca), con un récord ambos de 9-16, si bien el basket average pertenece al colectivo montañés, en virtud del claro triunfo que obtuvo en la ida en Torrelavega, 95-77.

Un enfrentamiento del que ya han discurrido tres meses exactos y que sin embargo no sirve como referencia en el preámbulo de la cita de hoy, tanto por el cambio de escenario (la atmósfera que se generó en el Pabellón Vicente Trueba cántabro será hoy proporcionalmente inversa en favor del Menorca), como por el de ‘cromos’, en tanto que ni Cantabria, que de entre su aluvión de problemas sobre todo destaca la baja de Spencer Littleson, ejecutor del equipo insular en suelo cántabro, y lesionado para lo que resta de temporada; ni Menorca, que entonces no contaba con Tom Digbeu, fichado semanas después, ni con Víctor Arteaga ni Eric Demers en plenitud de facultades (al margen de lo que pueda ofrecer hoy en su estreno con la elástica menorquina Golden Dike), responden por ser los mismos colectivos que calibraron fuerzas entre sí a finales de diciembre de 2023.

Incertidumbre

Por tanto, la incertidumbre es máxima en las horas previas a un partido en el que tampoco la inercia con la que ambos conjuntos alcanzan el mismo sirve como referencia o indicativo. El Menorca llega al partido tras haber ganado dos de sus últimos cuatro encuentros (sendos triunfos, obrados en casa), aunque en su última intervención cedió en Cáceres en un mal partido, mientras que el Cantabria lo hace con unos números idénticos (2-2), también tras haber caído, pero en su caso en su propia cancha (frente al Real Betis), y sus últimas dos victorias las conquistó a domicilio y de moso sucesivo, lo que le sirvió para quebrar una racha de nueve derrotas consecutivas como foráneo (solo había ganado en la primera jornada en Melilla, en los albores del mes de octubre del pasado año).

En ese contexto, que predice máxima igualdad de fuerzas, parece evidente que el signo del partido declinará en favor del conjunto que mejor sepa desarrollar su plan de partido, que en el caso del Menorca depende de imponer su térmica y complicada (para el rival) defensa, dominar el rebote, lo que siempre acota el margen del adversario para buscar la transición o de disfrutar de segundas opciones, y lógicamente, que su particular ‘big three’ formado por Hannah, Stevic y Arteaga, se maneje en su versión más pragmática.

Desde el lado cántabro, el propio Agustí Sans ya dejó entrever en estas mismas páginas, de la importancia que entrañará para los intereses de su equipo el poder promover un partido veloz, de muchos ataques y transiciones y, en la medida de lo posible, contener la capacidad, de anotar y de producir, de Clevin Hannah, al que desde Torrelavega definen como la principal clave y motor del equipo de Javi Zamora.

Hestia Menorca ante Grupo Alega Cantabria, esta tarde en Maó, un enfrentamiento clave en la lucha por la permanencia, con la estimulante presencia del único jugador mahonés que milita en la liga en el bando rival. Por todo ello, un partido para la historia.