Cuanto menos España y Llull (el menorquín fue medalla de plata en Londres 2012, de bronce en Río 2016 y cuartofinalista en Tokyo 2020, aunque celebrados en 2021), para poder estar en los próximos JJOO deberán superar la criba del preolímpico, que por cierto España no disputa desde verano de 1988, y entonces lo hizo dibujando un trayecto exitoso para calificar para los Juegos de Seúl, junto con las ya extintas selecciones de Yugoslavia y la URSS; en las citas posteriores, el Europeo o el Mundial ejercieron como billete clasificatorio para la cita olímpica.
También en esta ocasión el torneo mundialista ofrecía la posibilidad de burlar el preolímpico y de sellar el pase directo a los JJOO, pero ese privilegio queda limitado a las dos selecciones europeas mejor clasificadas en este Mundial, pero la no presencia de España en los cuartos de final precisamente desbarata en su caso esa vía.
En ese sentido, el horizonte que aguarda a la selección española, todavía actual campeona del mundo –y de Europa– es la disputa del preolímpico, en sede aún desconocida y ante rivales todavía por definir, lo que por tanto aborta el margen para emitir cualquier juicio prematuro en cuanto a lo arduo o caro que resultará el billete a París para el combinado que dirige el italiano Sergio Scariolo.
Trayecto
Obviamente, sellar la clasificación por medio del Mundial habría resultado el trayecto más sugerente, pero dadas las circunstancias se advierte atrevido adjetivar o cuantificar ahora el grado de exigencia que deberán superar Llull y España para volver a ser olímpicos.
En principio, y a tenor del precedente anterior, veinticuatro selecciones (veinte ya están confirmadas) estarán en la competición preolímpica, cuyo formato de disputa las repartirá en cuatro grupos de seis selecciones cada uno (cada grupo se concentrará en una única sede), accediendo a París 2024 el campeón de cada grupo. Se jugarán cinco partidos en seis días, presumiblemente entre la primera y la segunda semana de julio del próximo año 2024 –y justo tras terminar una larga y agotadora temporada, tanto ACB como NBA.
El ramillete de selecciones con el que puede topar España incluye rivales de auténtico relumbrón, como podrían ser Grecia, Eslovenia, Italia, Lituania, Serbia, Alemania, la sorprendente Bahamas (que viene de eliminar a Argentina en el Sudamericano), la emergente Letonia… lógicamente cabe esperar a la conclusión del Mundial para conocer con exactitud lo que podría encontrarse la selección, que por otra parte, y según explican desde algunos medios de ámbito nacional, tratará de ejercer de anfitrión, dado que la FEB planteará nuestro país como sede para albergar uno de los cuatro grupos (de lo contrario, la empresa destacará por más rigurosa si cabe).
El propio Sergio Scariolo, seleccionador nacional, admitió que la coyuntura a la que aboca la derrota ante Canadá «es durísima» y el italiano habló, en manifestaciones posteriores al partido, de «esfuerzo titánico» en relación a la exigencia que reclamará poder estar en París.
Resta mucho todavía para el Preolímpico, como también para conocer las circunstancias en que España deberá afrontar el mismo (además de que las ‘Ventanas FIBA de cara al próximo Europeo, valdrán en cierto modo como preparación), pero resulta obvio, a día de hoy, que para que Sergio Llull pueda estar en sus cuartos Juegos con España, la senda a recorrer es de lo más sinuosa. Y es que París queda, por el momento, como un horizonte muy lejano.
1 comentario
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
Despres des paper q a tingut Llull en aquest mundial, crec q seria hora de prende decisions i donar pas a gent nova.