Torrelavega fue una fiesta con el éxito del Grupo Alega Cantabria

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Agustí Sans Valls (Maó, 1995) vuelve a ser de Oro. El base menorquín, en culminación a una temporada fantástica como pieza integrante y fundamental en el roster del Grupo Alega Cantabria, celebró días atrás el ascenso a LEB Oro, el segundo que materializa en su carrera (el anterior y primero nos remite al curso 2014, que entonces logró con el CB Prat, filial del Joventut).

De ese modo, Sans, además uno de los pocos jugadores nacidos en la Isla con ‘minutaje ACB', retorna a una categoría, la segunda división del país, en la que ha militado siete años de modo ininterrumpido (2014-2021), la mayor parte de su trayectoria. Y lo ha logrado en un contexto idílico; conquistando el éxito en casa, en Torrelavega, y al cobijo de una afición entregada que, justo cuando se cumplen dos decenios de la pérdida del estatus ACB para el enclave montañés, ese que durante un lustro ostentó el extinto Lobos Cantabria, celebró el éxito con un inusitado júbilo en un abarrotado Pabellón Vicente Trueba.

«Lo cierto es que estoy muy contento por el ascenso, y es que fue impresionante lo que vivimos en el último partido; el público ha estado ahí todo el año, pero en el partido final, el campo estaba a reventar y con un ambiente increíble», rememora Sans para este diario, y para el que la estampa aún persiste en su memoria. «Toda la ciudad se unió, el pabellón estaba… sin sitio, no cabía nadie más, una animación tremenda, como jugador, poder vivir algo así ha sido impresionante», abunda el base mahonés del Grupo Alega Cantabria, descansando desde hoy en la Isla luego de una temporada histórica a nivel colectivo y no menos importante para el jugador desde un punto de vista personal. Más si cabe tras una dura campaña 2021 en Lleida. En Torrelavega, Sans se ha reencontrado con la victoria, con el éxito, con sí mismo en definitiva. Renovado de modo automático para la próxima temporada, en virtud de una cláusula que    contempla su contrato con el club cántabro, donde más allá del vínculo contractual es valorado y respetado por todos los agentes que conforman el proyecto. «Sí, aquí estoy contento, en el equipo, en el club, me valoran y confían mucho en mí; también el público, percibo que gusto a la afición, hay una conexión con la grada», sigue el excanterano del Alcázar e internacional español en categorías de formación.

En función del desenlace que deparó la final por el ascenso directo entre Grupo Alega Cantabria y Albacete Basket (el cuadro montañés ganó ambos partidos, el primero por un diferencial de +17 en suelo manchego, y que convirtió el duelo de vuelta en prácticamente un trámite, en un encuentro para la celebración y la euforia) concretar el ingreso en LEB Oro pudo incluso resultar más sencillo de lo previsto. «Teníamos un equipo muy completo y una eliminatoria de 80 minutos es más fácil de afrontar con doce jugadores, algunos con experiencia en categoría superior. Hace que tengas menos instantes malos durante la eliminatoria. Y además, supimos jugar con el marcador y precisamente aprovechar los malos momentos que ellos tuvieron para abrir brecha», analiza Sans en ese sentido.

Diferencia

Y otro dato que ha puesto de relieve la postemporada de LEB Plata; el rigor, nivel y exigencia de la conferencia Oeste, varios cuerpos por encima en relación al segmento Este (solo el Valencia prosperó a segunda ronda llegando desde ese grupo). «Sabíamos que el Oeste era un grupo duro, con un gran nivel y grandes plantillas, pero quizá no esperábamos tanta diferencia», concede Sans.

Por último, y aunque todavía restan meses para que el curso 2023 en LEB Oro alce el telón, preguntamos a Sans sobre los objetivos del Cantabria en la misma, puesto que si bien se tratará de un equipo recién ascendido, no deja de ser una plaza con pasado ACB. «Supongo que el objetivo será intentar lograr la permanencia, pero el presidente del club (Jorge Ulises Corona Herrero) es muy ambicioso…», termina Agustí Sans, de nuevo un jugador de Oro.