Hoyo, durante el partido frente al Martorell | Gemma Andreu

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Llegó a la Isla el mes de marzo para relevar en el cargo al entrenador Joan Martínez Escala, dirigir los últimos siete partidos del Made in Menorca (CCE Sant Lluís-Bàsquet Menorca) en Liga EBA el curso pasado y colaborar en la disposición de los cimientos del nuevo club Bàsquet Menorca. Y su renovación era, claro está, la principal apuesta del área deportiva para la temporada en ciernes. Sin embargo, Miguel Ángel Hoyo (Ceuta, 1973) comunicó este jueves al mediodía a la dirección del club la decisión de no continuar vinculado a la entidad que preside Oriol Segura.

El futuro del entrenador ceutí pasa por retomar la vertiente más profesional de su carrera, que le ha llevado a aceptar una nueva oferta fuera de España, como en su momento ya le sucedió con Guinea Ecuatorial, Dinamarca o Angola. «Sabíamos que corríamos ese riesgo, pero valoramos que valía la pena esperar a poderle hacer una oferta adaptada a la labor que queríamos que desempeñara y a la realidad de un proyecto en plena creación», comentaba el vicepresidente y director deportivo Miki Ortiz tras conocer la noticia.

Hoyo ha apurado al máximo su espera, había manifestado públicamente su interés por participar en el proyecto, pero el Bàsquet Menorca no ha llegado a tiempo de ponerle sobre la mesa una propuesta. El motivo fundamental, no disponer aún de un patrocinador principal. «No podemos cerrar al entrenador sin ese sostén económico, porque queremos que tenga dedicación exclusiva con el proyecto y, enmarcado en el prespuesto, supone un porcentaje elevado del mismo y no queremos asumir ese riesgo», reconoce Ortiz, quien por otra parte destaca la «buena respuesta» del tejido empresarial menorquín.

El Bàsquet Menorca sigue a la búsqueda de un perfil similar al de Hoyo, «que aporte conocimientos y capacidad en la vertiente deportiva, formativa y de promoción, que pueda ayudarnos a crecer estructuralmente». De ahí también que se haya iniciado el diseño de la plantilla, al margen del inquilino del banquillo. «Dominan dos variables», a punta Ortiz, «la limitación económica y la filosofía como club, que pretende incorporar al máximo de jugadores de la Isla o afincados, que se adapten a la singularidad del proyecto».

Se refiere Ortiz a «mantener la identidad menorquina, que deberemos completar con tres o cuatro jugadores foráneos que sumen en todas las facetas que les planteemos, no solo deportiva».