Cuatro meses después de trasladar su futuro académico y deportivo a Barcelona, Claudia Taltavull (1998) ha regresado a Menorca para compartir estas fechas con su gente. La jugadora formada en el CB Boscos analiza con satisfacción su primera experiencia fuera de la Isla y observa con ilusión un futuro que percibe vinculado al proyecto conjunto que diseñaron y pactaron FC Barcelona y CB Sant Feliuenc.
«Vestir los colores azul y grana es un plus de responsabilidad», reconoce esta júnior de segundo año -acaba de cumplir su decimoséptimo aniversario- y se pone de manifiesto en el día a día a nivel de «exigencia, responsabilidad y compromiso» que se requiere en cualquier equipo de la entidad.
La progresión de Claudia Taltavull en el Barça CBS, pautada por sus responsables técnicos, cumple de momento los términos establecidos y se detiene en las estaciones justas para valorar el momento idóneo para dar un paso más ascendente.
Su equipo por edad, de categoría júnior preferente, se ha clasificado entre los ochos primeros de Catalunya, tercero en concreto (8-6); dirigidas por Mateo Rubio, tras el parón iniciará la liga que «de acabar entre los cuatro mejores nos permitirá jugar por el campeonato autonómico», paso previo al Nacional.
Su presencia en pista ha ganado enteros, especialmente en los tres últimos compromisos, «he jugado unos treinta minutos. Me he ganado la confianza del entrenador. Al principio costó, porque formamos la plantilla jugadoras de clubes diferentes y entendernos ha sido un proceso largo y complicado».
La escolta, al tiempo, compagina sesiones y algún partido con el sénior B, que entrena Jordi Sanjuan, de Primera División. El grupo marcha tercero (10-2) en la fase previa. Claudia se ha sentido bien acogida en ambos grupos, «les hablo en menorquín para que también aprendan nuestro vocabulario y el ambiente es muy bueno».
La integración a un espacio urbano vital tan dispar al menorquín también a impactado a esta estudiante de segundo de bachiller, «Barcelona es otro mundo. Más estresante, sin duda. Pero entre todos me han facilitado la integración», apunta.
El lenguaje del baloncesto, universal, le ha abierto las puertas de par en par «a un nivel más alto, fuerte y exigente del que conocía en las islas. Las compañeras me han ayudado mucho y realmente me lo paso muy bien».
La vida deportiva de Claudia Taltavull consta de 3-4 entrenamientos semanales. Hora y media de físico, «muy duro», y hora y cuarto de sesiones más tácticas, más un partido o dos, si dobla con el sénior B.
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