Suárez, a la izquierda, celebra el triunfo en el Palau | Toni Albir/EFE

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Un par de años de presencia testimonial, con momentos duros e incluso de ciertas vacilaciones sobresalen como meros recuerdos en el presente del pívot menorquín del Fiatc Joventut, Alex Suárez Castro (Maó, 1993).

Octavo elemento en la rotación verdinegra para un promedio de 5 puntos, 4 rebotes y 13 minutos en cinco jornadas de Regular ACB, en las que la Penya ostenta un balance de 3/2 y localiza a un partido el tercer lugar ocupado por el Barça, al que viene de derrotar por vez primera en seis años –ocho sin hacerlo en el coliseo culé–, el destino al fin lanza un guiño al emigrado pívot menorquín, además, en una época en que en el Olímpic de Badalona la licencia para soñar anda al alza.

Los efectos de la victoria en suelo azulgrana todavía flotan en la atmósfera al conversar con Suárez. La temporada aún despereza, pero no deja de ser una gesta, «un triunfo de mucho mérito», calibra el jugador mahonés, «y más tras quedarnos tan cerca ante el Madrid y el Obradoiro. Ganar en el Palau fue una gran satisfacción para el Joventut, también después de muchos años sin lograrlo», apostilla el pívot surgido de la cantera de La Salle Mahón.

Como concierne en el enfoque de un deportista de primer nivel, Suárez circula lejos del conformismo. Buenos números, registros significativos... «poco a poco, pero soy ambicioso, uno siempre quiere más. Voy cogiendo protagonismo, dando lo que el entrenador me pide, noto su confianza y me siento muy bien físicamente», relata el jugador, una combinación que «se refleja, se ve en la pista, se nota», resalta.

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