El Mundo espera a Sergio Llull. También al resto de la fantástica generación de jugadores españoles que junto a él conforman una de las selecciones españolas que mayores expectactivas han despertado. El oro es la meta de un trayecto que inicia mañana en un sencillo debut ante Irán, en la que significa para el base mahonés del Real Madrid su segunda cita de este perfil -su primer Mundobasket fue en Turquía '2010-.
Al otro lado debe estar USA, una selección que no contará con sus principales estrellas pero que en cualquier caso ha conseguido reunir un grupo rebosante de físico y talento. Españoles y norteamericanos deben ser protagonistas de la final que todos vaticinan de antemano y que intentarán reventar equipos como Serbia, Argentina, Lituania o Brasil que aparecen un peldaño más abajo en los pronósticos pero que pueden dar la sorpresa.
En la primera fase, con cuatro grupos de seis equipos y cuatro plazas para jugar los octavos de final, está permitido algún fallo, pero después, en los cruces, hay que ganar a cuatro rivales para subir a lo más alto del podio y el fallo se penaliza con el adiós definitivo al Mundial.
Estados Unidos tiene bajas importantes, pero mantiene intacto su favoritismo. Campeón Olímpico y Mundial, las ausencias de Kevin Durant, Kobe Bryant, LeBron James, Blake Griffin, Paul George, Dwyane Wade, Kevin Love, Russell Westbrook o Kawhi Leonard, por lesión o por decisión propia, son de peso, sin duda, como también es cierto que el equipo estadounidense sigue siendo el mejor.
Jugadores como James Harden, Derrick Rose o Stephen Curry crecerán en protagonismo y tendrán sobre sus hombros la responsabilidad de salvar el honor de su selección. España, por el contrario, cuenta con todos sus mejores jugadores y conforma una selección potente, conjuntada, con calidad, con altura, con técnica, con ganas, con imaginación, con rebote, con tiro, con defensa y con hambre de títulos. Máxime jugando en casa y con el apoyo de las gradas.
Serbia lleva varios años navegando entre la clase media europea, pero la llegada de Aleksander Djordjevic al banquillo ha supuesto toda una revolución y entrar de lleno en el grupo de favoritos. La calidad de los serbios está fuera de toda duda y si alguien es capaz de reconducirla, vía disciplina o carisma, ese es Shasha.
Argentina también aspira a medalla, aunque la baja de Manu Ginobili, es un auténtico obús a la línea de flotación de un equipo que sabe competir. Brasil, Lituania, por haber ganado doce de los catorce partidos de preparación que ha disputado y Francia -con problemas por las bajas de Parker, Noah y Nando de Colo-, son otros de los equipos que deben estar o merodear podio.
Nueve partidos en poco más de dos semanas es una dura prueba a superar. Las lesiones, el cansancio, un mal día, o uno bueno del rival, pueden acabar con el trabajo y las esperanzas de cualquiera. Y sólo habrá un campeón, el que sea capaz de superar a todos sus rivales y a todas las adversidades. España, Estados Unidos, o... Disfrutemos el Mundial.
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