En demasiadas ocasiones la efervescencia del éxito lleva a elevar a la categoría de crack al joven que destaca. Es la misma intensidad con la que se le defenestra cuando la gloria desaparece. En muchas ocasiones, la diferencia entre el cielo y el infierno es la mentalidad. Lo que popularmente se conoce como "tener la cabeza bien amueblada".
El base/escolta Agustí Sans (Maó, 1995) dio un paso importante en su carrera baloncestística en la reciente edición del Torneo de L'Hospitalet. Tiene mucho talento. Lo saben en el Joventut, que no permite que sus jóvenes valores concedan entrevistas. Y también lo saben la Federación Española y los ojeadores que merodean a todo lo que se mueve.
Los informes técnicos de la FEB siempre han sido claros con respecto a Agustí. Uno de los primeros lo hizo Josep Bordas cuando se incorporó al Menorca Bàsquet para relanzar su cantera. A partir de ahí, las convocatorias con las diferentes selecciones fueron habituales.
Y lo que opina el Joventut también está muy claro. "¿Agustí? Ahora está en su mejor momento. Es el capitán del equipo y es el líder del grupo dentro y fuera de la pista. A sus cualidades suma una personalidad muy madura. Es el primero que entiende que el grupo está por encima de la individualidad", indica su actual entrenador en la Penya, el prestigioso Paco Redondo. Un técnico que ha sabido conjuntar a un grupo con talento, carácter competitivo y sentido colectivo del juego... Curiosamente tres cualidades que se le atribuyen a Sans.
"Agustí primero jugaba al tenis, pero cuando empezó en el CCE Sant Lluís se decantó por el baloncesto. Allí coincidió con Àlex Suárez", recuerda su padre, Toni Sans. No lo haría mal del todo porque luego Bordas se lo llevó a La Salle. "Alguien advirtió a la Penya que tenía futuro. Le querían hacer pruebas, pero el Menorca Bàsquet no quería que fuera... Así que lo llevamos al Alcázar, que sí le permitía salir", explica el padre.
En el CD Alcázar se encontró con otro técnico tan apasionado por el baloncesto como Lluís Arbalejo, ahora en el CAI Zaragoza. "Creo que tanto Bordas como Arbalejo se dieron cuenta de que Agustí es un chico con un gran espíritu de sacrificio, muy luchador. Por eso lo apretaban, le exigían. Estoy seguro que Agustí, lejos de asustarse, se motivaba más. Todo eso ahora le sirve", comenta el padre.
Llegó el gran salto a Badalona, donde fue pulido durante dos años por Lluís Riera, junto con reiteradas llamadas para competiciones a nivel de Selección. Agustí Tiene ahora 17 años, estudia 2º de Bachillerato "y quiere hacer o INEF o Fisioterapia". El padre el tema de los estudios lo lleva a rajatabla. "Soy profesor. La segunda evaluación la ha llevado bien, pero ahora veo que llegará la selectividad y se le puede juntar con las competiciones... Veremos".
El sacrificio también lo tiene la familia. "Su madre y yo vamos al piso que tenemos en Badalona cada dos por tres. Hace cuatro años que Agustí está allí e incluso yo pedí una excedencia para ejercer en un instituto de Badalona durante dos años". Todo por Agustí. Una apuesta segura.
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