Sergi Llull disputará la final de la Liga ACB ante el Barça - Archivo

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Menudo sábado por la tarde para la familia Llull Melià. Mientras el benjamín celebraba el ascenso a LEB Plata con su club, el Sant Nicolau, el mayor ofrecía su enésimo espectáculo al liderar al Real Madrid ante el Caja Laboral para lograr el pase a la final de la ACB donde espera el Barcelona.

Una tarde de ensueño para la familia que, salvando las distancias entre uno y otro y las diferentes categorías, tiene dos hijos de oro, dos auténticas joyas.

Porque más allá de los éxitos que van coleccionando, Iván y Sergio son encantadores tanto en las distancias cortas como en las largas, una victoria que no todos los jóvenes consiguen y menos los que brillan en sus disciplinas. A esto le suman un palmarés envidiable ya que mientras uno, el mayor, recauda Eurobaskets -lleva dos medallas de oro absolutas- además de un título de la ACB y una Copa del Rey -esta temporada cuando fue nombrado MVP-, el otro atesora ya dos ascensos, uno de ellos con el Menorca Bàsquet a ACB y otro el logrado ayer con el club que le acogió desde su llegada a Sabadell. El Sant Nicolau empató ayer a 64 ante el Establecimientos Otero, en Galicia, después de ganar en la ida 71-66..

Mientras uno flirtea con la NBA deslumbrando a Europa entera, el otro procura no descuidar sus estudios y labrarse un futuro paralelo al baloncesto por si el camino difiere un poco del de Sergio.

Donde no hay diferencia es en la mentalidad. El '23' y el '6' devoran adversidades a cada paso que dan, conscientes de que caer está permitido pero levantarse es una obligación. "¿La clave?", les preguntarán propios y extraños, y los dos, a kilómetros de distancia el uno del otro, contestarán al unísono, "la constancia, el trabajo, el sacrificio y mantener siempre los pies en el suelo".

Habrá en el mundo quien envidie a los Llull Melià por las victorias deportivas que van coleccionando cuando lo verdaderamente importante es lo que han conseguido fuera de las canchas, lo que les hace más grandes de lo que realmente son.

Probablemente hoy sonará más que nunca el móvil en Madrid, en Sabadell y en Es Castell, porque estas cosas pasan, en los buenos momentos los elogios desbordan, pero Paco y Toñi, los aceptarán simpática y agradecidamente. Como lo harán sus hijos, mientras uno piensa en ganar la Liga ACB al Barça y el otro podrá jugar el año que viene en LEB Plata.