Levantar el vuelo. El Menorca Bàsquet debe superar la adversidad para empatar la eliminatoria - Javier

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Segundo asalto. El Menorca Bàsquet ya sabe lo que tiene y lo que no tiene que hacer para empatar la eliminatoria. Con un margen de recuperación mínimo, a penas 48 horas, el equipo de Josep Maria Berrocal debe gestionar la ansiedad y la decepción que causó la derrota contra el Breogán el viernes y echarle esta tarde lo que no le echó entonces para igualar la serie y posteriormente lanzarse a la heroica al Pazo dos Deportes donde deberá sacar como mínimo una victoria si no quiere despedirse del play off antes de hora.
Fue una mañana intensa la de ayer, con una exhaustiva sesión de video por parte de Berrocal y su staff técnico en busca de dónde se falló para no reincidir y voltear un 0-1 que pesa mucho más de lo que aparenta. No solo porque se ha cedido el factor cancha, una realidad que también afectó en los partidos de Navarra, que cayó en casa ante el UB La Palma (73-85), y de Melilla, que cedió ante su público contra el Lleida de Ricard Casas (53-71), sino ya de por si recuperar las buenas sensaciones que llevaron al equipo a luchar por la segunda plaza en la fase regular.

El viernes el grupo perdió hasta 18 balones, una lacra que, sumado al desacierto en el tiro y a la baja intensidad defensiva que se mostró, sobre todo en el tercer cuarto, pueden condenar la serie si no se enmienda. A favor tuvo que se impuso en la lucha de los rebotes con 42 capturas por las 33 de los gallegos, aunque cabe remarcar que son demasiados rechaces concedidos si se tienen en cuenta las pérdidas de balones.

A nivel individual, la reacción de Romà Bas desde el banquillo, con 16 puntos, fue la nota positiva de una noche en la que Oliver Arteaga fue de más a menos, con un primer cuarto sensacional, así como David Navarro al que a penas se le vio en el último y crucial acto. El más errático de todos fue Taylor Coppenrath que estuvo arropado por algunos familiares que se desplazaron desde Vermont, Estados Unidos, y que falló en muchas facetas y no estuvo a la altura a la hora de dar descanso a Arteaga, víctima de un juego muy agresivo del Breogán, que sobrepasó los límites en algunas acciones que los colegiados obviaron.
En el enemigo, el escolta James Feldeine hizo lo que se esperaba, aportar (15 puntos) y espolear a los suyos, mientras que el hombre clave fue el senegalés Ndiaga, que tuvo un papel muy destacado en ataque y fue el único de trabar e incomodar a Arteaga en defensa.
También es el turno del público. El club ha puesto todas las facilidades posibles para llenar las gradas aunque no hubo la respuesta esperada en el primer partido. Deben sonar los tambores de guerra esta tarde y el Pavelló debe recuperar su condición de fortín.
Todas estas situaciones deben enmendarse de cara al duelo de esta noche donde el margen de error es mínimo ya que ir a Lugo sin ningún triunfo obligaría a encadenar tres triunfos seguidos, dos de ellos lejos del Pavelló, situación en la que el Menorca no está cómodo ya que perdió los últimos cuatro partidos a domicilio en la fase regular.