Hay gente que llega a un lugar, está el tiempo que le toca y luego se marcha sin más. Y hay gente que llega a un lugar y trabaja, se empapa de la tierra, se deja querer y se convierte en uno más. Con las cosas buenas y las cosas malas, Ricard Casas (12/9/1962, Manresa) es de los segundos. Este sábado volverá al Pavelló de Bintaufa como técnico del Lleida. Atiende vía telefónica al "Menorca" tras la comida del mediodía.
Lleida es un lugar peligroso. Se come muy bien... ¿O está a dieta?
No... Bien, bien. Se come bien en todos los sitios ahora...
Y lo de la niebla, ¿cómo lo lleva?
Aquí siempre están con la niebla, ya lo he vivido, ya...
Pero este sábado vuelve a Menorca...
Estoy contento porque tengo muchas ganas de volver. Es mi casa y desde que acabé con la selección, no he podido ir. Y evidentemente está el hecho de jugar contra el club que entrené y del que guardo recuerdos inolvidables, de vivencias máximas.
Es de suponer que saludará a mucha gente.
Soy muy agradecido. Siempre me he sentido valorado como persona y tengo amigos menorquines. Será especial.
A pesar de ello, su salida del Menorca Bàsquet no fue la mejor.
No. A ver, fue duro por salir, y un técnico tiene una entrada y una salida. Eso es así. Lo que hay que valorar es cómo se sale. Y yo sé cómo fue. La gente lo entendió y eso se nota en la relación posterior, que es muy buena. Sales, pero no mal. Cubres un trabajo, que además te deja muchas sensaciones positivas.
Sus sensaciones en Lleida deben ser muy buenas también. Su equipo tan sólo ha perdido dos partidos de doce.
Hemos tenido un buen inicio y no era fácil porque todo era nuevo. La estructura de club, dirección deportiva... Pero nos hemos centrado todos en el mismo objetivo de ilusionar a la gente, de mostrar qué queremos ser. Estamos contentos porque lo conseguimos. Hemos ganado muchos socios. Los resultados acompañan y eso ayuda.
Además, usted no hizo la pretemporada con el equipo porque estaba en el Europeo con España...
Fue un trabajo muy bien llevado con el presidente (Edu Torres) y la dirección deportiva a la hora de hacer el equipo. También se dejó al grupo en un tono físico muy alto, y eso fue clave cuando cogí al equipo... Lo que hacía era gastar mucho tiempo libre en trabajar para el equipo. La comunicación fue muy exacta. Y luego fichas según las posibilidades. Y ahí también estamos contentos.
La aportación de sus foráneos de momento está siendo excelente.
Nosotros no tenemos americanos, son "cotonus", identificados con nuestra liga, con experiencia. Es el caso de Ramsdell, que vosotros conocéis del Jovent d'Alaior. Viene de la LEB Plata y está haciendo un gran esfuerzo. La dinámica es muy correcta. Los jugadores están responsabilizados.
También tiene jóvenes como el base José Simeón, del que sorprendió en su momento que saliera de Valencia.
Está en pleno crecimiento, en inicios de lo que quiere llegar a ser. Nosotros le ofrecemos ayuda para que crezca y confiamos en él. Es una de las ideas que teníamos, tener jugadores con esta capacidad. Es bueno para el grupo.
Y con él jugadores con experiencia como Alzamora o Paco Vázquez...
La expresión "veteranos" no me gusta. Prefiero "experimentados". Son jóvenes en mentalidad y están muy identificados. Tienen un talento importante.
Este sábado, partidazo.
Jugamos contra un equipo que está en un nivel competitivo alto. Y hay que valorarlo porque es difícil para todos. Nosotros hemos ganado muchos partidos como hemos podido. Aquí nadie va sobrado. Contra el Menorca todos tendremos que poner lo máximo en la mesa. Hay que competir bien.
¿Hay algún jugador que le preocupe especialmente del Menorca? Todo el mundo señala como líder a David Navarro, al que usted entrenó en Girona.
Lo conozco bastante de esa etapa. Es un gran jugador... Pero lo que ha conseguido Menorca es tener un buen grupo de jugadores, de lo mejor a nivel de nacionales. Cada uno es un exponente de lo que es grupo... No creo que sea sólo David. Todos juntos han demostrado que han sido importantes.
Es de imaginar un duelo en el Pavelló durísimo debajo de los aros.
Bueno, no estoy tan seguro, porque al final los partidos se abren y los lees y hay que ver qué pasa. Está claro que son dos equipos trabajadores, preparados para competir, con mentalidad. Eso se verá. Esta categoría de por sí tiene ese componente.
Se está viendo que ganar fuera de casa es muy complicado.
Cuidado, cuesta en todas las competiciones, no sólo en esta. No es tan exclusivo de LEB Oro. El factor pista, el factor público, cuenta no tener que viajar... Siempre hay un extra que suma una diferencia. Pero es general.
Si la LEB Oro acabara hoy, Iberostar y Lleida jugarían la Copa. ¿Es uno de los objetivos de su equipo?
Ahora no. Los objetivos los marcaremos más adelante. Si esto se consiguiera, sería algo dado, no planteado. Ahora queremos ir creciendo. Esto un engranaje nuevo, salido de fábrica.
¿Cómo ve la liga? Todavía queda mucho, pero se empieza a ver el boceto.
Lo más destacado en relación a otros años es que no hay un Murcia, un Obradoiro, o el Menorca en su momento, que marquen distancia. Salvo el Canarias, que ha hecho un equipo de altísimo nivel, hay una situación muy compacta, con más equipos. No es tan excluyente. Pero parece que el asunto iba por ahí.
Lleida y Menorca deberían estar entre los ocho primeros...
Bueno, por nuestra parte, el tema de play-off lo podremos plantear cuando acabe la primera vuelta. Es bueno tener objetivos, pero ahora mismo no nos toca eso.
Este verano debe haber tenido muchísimas sensaciones con la Selección...
Sí. La experiencia ha sido máxima. Hemos podido disfrutar... Y Menorca también con Sergi Llull... Es un jugador impresionante. Todo eso es bueno. A nivel personal también. Es seguir creciendo.
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