Andrés Cardona, en su vuelta al ‘trail running’ tras su lesión, corriendo en la October Trail 2024.

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Más allá de sentirse en forma y con vitalidad y de ir mejorando– sin ninguna presión alguna– sus propias marcas personales, este corredor sordo corre para que el ‘running’ sea más inclusivo. En el mundo, según estadísticas especializadas, pueden existir unos 72 millones de personas sordas o que sufren algún tipo de discapacidad auditiva. Andrés Cardona Bosch, ciutadellenc de 51 años y trabajador de Correos es uno de ellos y es además un apasionado del ‘running’, ya sea en el asfalto o en el Camí de Cavalls. De hecho Cardona, sordo de nacimiento, estos últimos meses ha corrido en los diez kilómetros de la Mitja Marató Illa de Menorca, en Ciutadella, y también en la October Trail, pruebas organizadas por Elitechip y Biosport y en las que el menorquín es uno más.

Cardona volvió a colgarse un maillot hace unos meses después de haber estado un periodo largo de tiempo sin poder practicar su hobby. «Tuve molestias en el abductor la primavera pasada, solo podía pasear. En verano ya empecé a correr otra vez y ya puedo volver a correr con normalidad», nos señala Cardona. «La última carrera en la que participé fue este pasado 3 de noviembre en Ciutadella, corriendo la Popular y llegando a la plaza de Es Born en 59:17’, tras los diez kilómetros».

Cardona, que batalla y con éxito para que las pruebas de ‘running’ tengan en cuenta la accesibilidad y la adaptabilidad para las personas con discapacidad, nos cuenta que empezó, «tarde a correr, antes había practicado otros deportes diferentes: ‘bici’ de montaña, fútbol, tenis o baloncesto pero sin participar en competición. Después, sobre el año 2010, empecé a correr. Fui paso a paso, participando en diferentes competiciones, como maratón, trail, o triatlón», nos escribe un Cardona para el que correr, nos asegura, «es natural en mí o para mí y me da tranquilidad y salud, además de ser divertido».

Eso sí, añade, «prefiero un trail que es en la naturaleza y puedes observar bonitos paisajes, el mar o la montaña. Aunque lo importante es practicar, tanto en montaña como en carretera o asfalto». Y es que el insular, siempre muy atendido y respetado por la organización y los ‘runners’, nos clama, en mayúsculas, que, «aunque soy sordo, no hay barreras. Únicamente tengo que ir mirando atrás para mantener el control de lo que sucede. A pesar de las dificultades, insisto en que se pueden romper las barreras y todo el mundo debería poder practicar deporte», clama, viendo muy importante «fomentar la práctica del deporte para las personas sordas. Tenemos derecho a participar en las mismas condiciones que el resto y creo que lo he podido demostrar», se congratula Cardona, que de jovencito jugó mucho tiempo a fútbol en el Colegio de la Purísima, en Palma. «Ya en Ciutadella jugué a tenis y baloncesto. Fue una lástima no poder seguir con el fútbol y no poder competir», lamenta.