Espectacular imagen del corredor de Maó durante la edición de este año de la Transalpine Run 2024.

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Si ya de por sí los 271 kilómetros y alrededor de 17.000 metros de desnivel positivo que suponen la Dynafit Transalpine Run 2024 de siete etapas en una semana suponen una auténtica odisea y se trata de una de las pruebas por etapas y por parejas más famosas y épicas del mundo; si además, se le añade que tu compañero se lesiona de gravedad en la cuarta etapa y debes seguir en solitario y además finalizas esta prueba que cruza los Alpes con fuerte fiebre, todavía añade mucha más heroicidad a lo que ha logrado en esta edición el ultra trail de Maó, Àlex Urbina. El menorquín, pese a quedarse fuera de competición en parejas tras la retirada de su ‘colega’, Roger Embid Lázaro, lograría ser ‘finisher’ de la prueba en solitario y además y pese a todos los contratiempos psicológicos y físicos, con el octavo mejor cronómetro personal y en un tiempo acumulado de 32h:03’:24’’.

Después de 16.110 metros de descenso acumulado y pasando por hasta cuatro países distintos, Urbina ya está en casa descansando, mientras narra para «Es Diari» su vivencia. «¿Dura? Estoy acostumbrado a este tipo de carreras y me la esperaba más dura. Los Alpes son más ‘pisteros’ y de correr, más corribles que el Pirineo; lo esperaba peor, la verdad y no fue extremo», narraba ayer el mahonés, quien sí reconocía que a nivel mental se le hizo complejo, verse solo, de golpe; y encima después de haber ganado la etapa. «Psicológicamente fue duro, no tan solo por el hecho de que mi compañero se lesionara y me dejara solo. Fue pasar de luchar por un podio a hacerlo para nada y te quedas fuera, buscando una segunda motivación, como ser ‘finisher’ a nivel personal», añadía Urbina.

Para el de Maó el momento más duro en los Alpes sería, «cuando mi compañero se retiró y yo iba el 100 el cuarto día, ya que al retirarnos nos pasaron todos. Hice una súper remontada de final de carrera; nos abrazamos, avancé a todos y debía buscar la motivación en plena carrera». Reconoce Urbina que ésta no ha sido la carrera más dura que ha realizado: «Por etapas la más exigente ha sido la ganada hace un mes, con terreno muy técnico y duro. Esta de siete días ha sido dura pero tienes tiempo de recuperación. Hace un mes en la ultra hacías 15 horas y al día siguiente, otra vez. Es más duro una Camí de Cavalls larga sin pararse y lo peor son 25-30 horas sin parar pero sí, en Los Alpes me vi bien físicamente».

2024 con fuga de gas incluida

A pesar de ganar carreras como Costa Brava o el Challenge du Montcalm, admite el insular que el 2024, «ha sido un año muy difícil y los grandes objetivos no me han ido demasiado bien. El primero del curso incluso con una fuga de gas en casa– de monóxido de carbono– en casa y en la que fue un susto grande e imagino que me afectó en el rendimiento.», analiza. Como en Portugal, «donde yendo tercero me cogió hipotermia; o en Suiza , que nos recortaron la carrera, de 170 a 60 kilómetros; o sea fatal. Y ahora, lo de los Alpes. La vida es así y no tengo demasiada buena suerte», lamenta Urbina.

De cara a un curso 2025 que ya está a la vuelta de la esquina, avanzaba ayer el corredor de montaña que tiene en mente competir en el prestigioso Tor des Geants, «que son las 200 millas por excelencia, 330 kilómetros, que será un gran objetivo para mí, junto a la Costa Brava, alguna quizás como la Trail Verbier St-Bernard, la TransGran Canaria y de momento no tengo mucho más decidido», dice, «dependiendo de las ayudas económicas», ya con la del Govern y Consell confirmadas. «Me gustaría mucho correr Camí de Cavalls pero no me siento valorado suficiente en la Isla y no vuelvo. Puedo correr en medio mundo con inscripción y alojamiento y en Menorca, nada», lamenta. «Me veo preparado para las 200 millas y alguna UTMB», zanja.

El apunte

«En la nieve llegué a pensar que me quedaba tirado»

En palabras de Àlex Urbina, mientras rememora la gesta, lo más duro fueron «los dos últimos días, en lo que no me encontraba muy bien. Tenía fiebre. Y ya el último día sí que me resultó muy complicado; no por el terreno sino porque había mucha nieve, estaba congelado y con fiebres», recuerda Urbina, que tan sólo tenía en su mente, «finalizar la carrera. Tuve un tramo en el que no me vi capacitado y llegué a pensar que me quedaba tirado en medio de la nieve pero sabía que la única manera de salirme de ahí era acabar», relata el mahonés. «Tenía mucho frío y no tenía fuerzas pero salí a acabar y estoy ya en España pero todavía me noto el frío», admite.