Josef Ajram, una cátedra vital

Un ultraman de reconocido prestigio mundial que presentó la sinergia existente entre materias opuestas y abundó en la necesidad de «creer en uno mismo» para superar cualquier reto. Hijo de padre sirio y madre catalana, ambos médicos, en una repleta sala de actos del CMM, Ajram explicó que su aspiración de infancia se direccionaba claramente hacia la bolsa –dijo ser un profundo conocedor del mercado de valores español–. Glosó su primer fracaso en ese complejo contexto económico como punto clave para evolucionar. «Uno debe analizar el por qué, los errores cometidos». Con un ramillete de acertadas metáforas y entretenidas vivencias, el seductor discurso del superatleta catalán fue creciendo, hasta dar con uno de sus álgidos. «Es fundamental fraccionar los objetivos; yo no podía correr 70 kilómetros de una carrera, por lo que me centré en micro retos, pensando de 10 en 10 kilómetros. El humano siempre quiere más, por lo que hay que premiar la mente, motivar y motivarse; lo fácil es abandonar», refirió Ajram, cuya charla viró entonces hacia la necesidad, en lo que atañe a la labor de grupo, ya sea en pruebas deportivas o en una empresa al uso, «de premiar, alabar la buena labor de otros. Cuando alguien lo merece, hay que trasladarle ese reconocimiento para que siga motivado».

El barcelonés aludió también a la necesidad de «equilibrio». «Creerte el éxito relaja; mirad Nokia, no creyó en el Smartphone y... hay que ser humilde, pero creyendo en el talento propio y nunca sentirse un fracasado. Si no crees en conseguir algo, ni lo intentes», sintetizó Ajram, que tras casi una hora de ponencia, en la que también resaltó el valor de las redes sociales, y de dar con la adecuada para 'vender' el producto, respondió a cuantas pregunras se le formularon como epílogo de una cátedra vital.