ENTREVISTA

Marcos Urarte: «Trump emplea la estrategia del loco, es su punto de partida para una negociación»

El consultor estratégico ha repasado en Palma el impacto que supone Trump y vaticina que pretende «pasar a la historia» ampliando territorios

Urarte intervino en un acto organizado por AM Social Club presentado por Vicenç Palmer en las instalaciones de Palmer Inmobiliaria en Palma. | miquel angel canellas

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Consultor estratégico, experto en geopolítica y geoeconomía, Marcos Urarte ha participado esta semana en un acto organizado por AM Social Club en Palma para analizar el cambio que supone la llegada de Donald Trump.

¿Supone Trump una disrupción?
— Yo creo que es importante entender que Trump emplea la estrategia del loco. Es un concepto que ideó Henry Kissinger cuando Nixon era presidente y se iniciaban las relaciones con China. Cuando iba, les decía a los dirigentes chinos: ‘Pensad que mi jefe está loco’. Los locos son impredecibles, dan mucho miedo. Trump lanza mensajes maximalistas pero es su punto de partida para una negociación y cree que así conseguirá una ventaja.

Entonces, ¿todo teatro?
— Es un impresentable, es un maleducado, pero ciertas decisiones que está tomando a nivel geopolítico tienen sentido. A Trump le encantan los conflictos comerciales y huye de los militares. No significa que las comparta, pero por ejemplo, lo de Panamá, lo de Groenlandia y por ejemplo, el acercamiento con Rusia, tienen sentido.

Sin embargo tiene patas arriba los mercados por ahora.
— Si algo es miedoso es el dinero. La incertidumbre realmente aleja el dinero y perjudica la economía. Su planteamiento es que a corto puede perjudicar pero a medio y largo lo puede beneficiar. Veremos si ocurre. Hoy hay una parte del empresariado que no tiene claro que haya sido una buena decisión apostar por Trump, pero él tiene un proyecto. Creo que lo que pretende es pasar a la historia y un presidente no pasa a la historia por mejorar la economía sino por haber ampliado tu territorio. La economía ha sido un medio para llegar al poder más que su objetivo.

Así que, lo de la anexión de Groenlandia o Canadá ¿va en serios?
— Sobre todo Groenlandia. Creo que se va a emperrar con Groenlandia.

¿Aunque sea un territorio de un aliado miembro de la OTAN?
— La historia depende del os años que retrocedas. Si retrocedes cincuenta, cien o doscientos. El problema nuestro es que creemos que la historia son los últimos cincuenta años. Primero una cosa sobre Panamá: Trump dice o dejáis de cobrarme, o retrocedo la cesión del canal y me lo quedo. Es el mensaje que lanza y no hay que descartarlo. Su objetivo inmediato son los puertos que estaban gestionados por CK Hutchison una empresas china. ¿Qué ha conseguido ya? Blackrock ha comprado los dos puertos. Acaba de echar a China del control del Canal de Panamá.

Volvamos a la conquista de Groenlandia.
— Groenlandia, y esto es especular, tiene un interés enorme económico y geoestratégico. La ruta naval por el Ártico es la más corta, por eso China y Rusia tienen un acuerdo: la ruta de la sede polar. EE.UU. quiere tener un rol, no quiere dejársela, pero también, las mayores reservas de gas están en el Ártico. ¿Que puede pasar? Groenlandia es un estado autónomo de Dinamarca. Las elecciones las ha ganado el partido independentista moderado, pero existe un cierto independentismo. Puede ocurrir que se acabe fomentando, que sea independiente y que llegue a un tratado como un estado asociado, como es Puerto Rico.

¿Dónde queda la UE?
— La UE yo creo que está camino de la irrelevancia. No pinta nada en ningún conflicto. La guerra de Ucrania ha sido entre EE.UU. y Rusia en Ucrania. Yo dije que acabaría cuando Estados Unidos quisiera y es lo que ocurre ahora. ¿Qué ha pintado en la UE en Siria?, ¿En Palestina? Los intereses de los diferentes países de la unión compiten entre ellos y es difícil un acuerdo común.

Otro actor relevante son las grandes tecnológicas.
— Hemos caído en el tecnofeudalismo. Los señores feudales de la tecnología. Tienen recursos enormes. Así como hay una lucha por la hegemonía mundial entre China y EE.UU., la hay entre los grandes fondos de inversión, los fondos soberanos, las grandes tecnológicas y los grandes inversores, que son los propietarios de la economía del mundo. No tenemos autonomía estratégica, ni económica. Europa no pinta nada ahí: Entre las 50 empresas tecnológicas solo hay cuatro europeas.

¿Y Elon Musk?
— Es un visionario, nadie los puede dudar pero tiene puntos oscuros tremendos. Tienen tanto dinero que se ha comprado un presidente, que era lo que le faltaba. Es un hombre poderosísimo y mi duda es cuánto durará la relación. Sin duda tienen un poder, aunque ojo, que la mano que mece la cuna es Peter Thiel, de PayPal.