Los proyectos de parques fotovoltaicos en suelo rústico han generado en los últimos años en Baleares numerosas protestas vecinales y la creación de plataformas contrarias a estas iniciativas. | Aina Borràs

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La Conselleria d’Energia (con colores políticos diferentes) ha rechazado ocho proyectos de parques solares fotovoltaicos en Baleares desde 2018, cinco de ellos en el último año. Durante el mismo período, 28 proyectos han recibido autorización ambiental.

El rechazo a ocho proyectos se basa, según el director general d’Economia Circular, Transició Energètica i Canvi Climàtic, Diego Viu, «a que no se permiten parques fotovoltaicos a cualquier precio y se está protegiendo el territorio. Las causas habituales de denegación son la ocupación no justificada de masas forestales, la proximidad o la invasión de hábitats protegidos, o la falta de claridad y calidad de las medidas compensatorias en términos medioambientales».

El rechazo a estos proyectos fue determinado en la legislatura anterior por la Comissió de Medi Ambient y, en la actual, por la Direcció General d’Harmonització Urbanística i Avaluació Ambiental, que es el órgano ambiental que ha sustituido al anterior.

En la actualidad, están operativos con conexión definitiva un total de 28 parques solares en las Islas. En funcionamiento hay 314 instalaciones fotovoltaicas con 100 % de venta a la red, pero sólo las 28 mencionadas tienen unas dimensiones suficientes como para ser consideradas un parque solar fotovoltaico.

Además, hay 11 proyectos que ya cuentan con autorización para iniciar su construcción y 8 con permiso para realizar pruebas con el objetivo de ser conectados a la red. Hay otros 25 parques con declaración de impacto ambiental favorable, pero pendientes de que se les autorice el proyecto de construcción.

De este modo, existen 44 proyectos de parques solares fotovoltaicos que se encuentran en diferentes fases de tramitación, ejecución y operatividad, más allá de la simple presentación de la iniciativa.

El director general explica que «en 2030 debemos tener un 35 % de energía que entre en la red eléctrica de origen renovable y en 2023 estábamos en un 11,64 %. Es verdad que llevamos un año sin conectar ningún parque fotovoltaico, pero ello se debe a que el tiempo medio de tramitación es de dos años y medio y luego viene la construcción. El tiempo entre la presentación de un proyecto, si es viable, y su conexión puede ser de cinco años. Por ello hemos simplificado el procedimiento y así ganar seguridad jurídica. En cualquier caso, sabiendo que se necesitan parques solares, no vamos a permitir barbaridades y no nos vale cualquier proyecto. De ahí los cinco rechazados en el último año».

El apunte

Participación local y mapa de techos y cubiertas urbanas

Diego Viu recuerda que «el 20 % de la inversión en un parque fotovoltaico está, en primera instancia, a disposición de la población del municipio donde se desarrolla y, en segunda ronda, de cualquier habitante de Balears. Así se hace visible que un proyecto va más allá de los beneficios de los promotores, llegando a la población local». Por su parte, el Institut Balear de l’Energia ha sacado a licitación la elaboración de un mapa de la capacidad de implantación de energía solar en techos y cubiertas en suelo urbano.