Imagen de un campo de almendros en Mallorca. | F. MARI

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Los campos de almendros tal y como los conocemos están en peligro de ‘extinción’. Si en el año 1995 Balears contaba con 65.000 hectáreas de plantaciones de almendros en producción, a día de hoy, según los datos de la PAC que baraja la Conselleria d’Agricultura, la superficie ha quedado reducida a 14.000 hectáreas. Ello supone que en 29 años Baleares ha perdido más de 50.000 hectáreas de almendros que hoy ya no son ni productivos ni rentables.

El responsable del servicio de Sanidad Vegetal de la Conselleria d’Agricultura, Andreu Juan, deja claro que no hay una única causa que ha llevado a esta situación, sino que las razones son diversas por lo que no hay que achacarlo todo a la plaga de la Xylella, tal y como se hizo en un primer momento.
Juan recuerda que la mayoría de los campos de almendros desaparecidos eran plantaciones muy viejas. A ello hay que añadir la falta de relevo generacional o una agricultura envejecida que ha provocado también el abandono de las fincas, así como las consecuencias del cambio climático con sequías cada vez más acusadas. La llegada de la Xylella fastidiosa, detectada por primera vez en Mallorca hace ahora ocho años, ha sido la última estocada para este tipo de plantaciones.

Ante tal situación, Andreu Juan explica que en la actualidad desde la Conselleria d’Agricultura «no recomendamos la producción de almendros en secano», que son los que había en su mayoría en los campos de Mallorca. El responsable de Sanidad Vegetal comenta que las plantaciones de almendros en regadío aguantan más las afectaciones de la Xylella durante la vida útil del árbol, que ronda los 25 años. Nada que ver con la mayoría de plantaciones actuales que son centenarias.

Con ello, el técnico de la Conselleria también lamenta que los campos abandonados se convierte, con el paso del tiempo, en masa forestales, por lo que se pierde terreno agrícola útil para su producción. Para revertir la tendencia, la Conselleria d’Agricultura puso en marcha una línea de ayudas para fomentar la replantación tanto de almendros como algarrobos subvencionando el 75 % de los costes.
«Unas ayudas que incentivan a que no se abandonen este tipo de cultivos, que en el caso de secano se recomienda que sea para algarrobos, mientras que los almendros se priorice el regadío», añade.

La detección del primer caso de Xylella en Mallorca el 6 de octubre de 2016 en un vivero de Porto Cristo (Manacor) encendió todas las alarmas no solo para los campos de almendros sino también para olivos y viñedos. Desde entonces el Govern ha tomado 22.726 muestras, no solo de almendros sino de un total de 492 especies vegetales diferentes. De ellas el 8,16 % de las muestras dieron resultado positivo, por lo que se ha procedido a su erradicación.

Al hablar del nivel de afectación por especies de árboles o plantas, destaca que el 22 % de los casos positivos de Xylella se dan en almendros, seguidos por la viña (14 %), los olivos (11 %) y el acebuche (también un 11 %). Todavía hoy, ocho años después, se continúan realizando muestreos para contener su propagación sabiendo también que almendros, olivos y viñedos tendrán que convivir con la bacteria.

Punto de vista
Lola Olmo

Tiempo de recuperación

Lola Olmo

El paisaje de almendros en flor que plasmaba en las postales una imagen idílica de Mallorca, ya no existe, o se reduce a unos pocos rincones. La Xylella ha sido la puntilla que faltaba para un campo abandonado progresivamente desde el boom turístico. La falta de rentabilidad conlleva a la falta de relevo generacional y a la desaparición. Pero quizás no sea tarde para recuperar un cultivo que sigue siendo muy apreciado.