Xavier Canyelles Ferrà (Palma, 1976) es ilustrador de formación y naturalista de vocación. Está especializado en entomología y es autor de varios libros ilustrados sobre la fauna balear, como ‘Peixos de les Illes Balears' o ‘Insectes de les Illes Balears'. Además, ha colaborado con instituciones como el Imedea y la Conselleria de Medi Ambient en diferentes proyectos. Su mayor pasión son los insectos.
¿Qué es lo que más le fascina de los insectos?
—Los insectos son fascinantes en todos los aspectos, ya sea por su estructura anatómica o por su biología. Los comparo a pequeños drones naturales que van cumpliendo sus funciones. Todas las estrategias reproductivas, de alimentación, comportamientos de todo tipo, las construcciones que realizan, etc. son aspectos dignos de admiración y estudio. Toda una vida no basta para estudiarlos y comprenderlos. Además, desde mi punto de vista, cualquier grupo es interesante, ya sean avispas, hormigas, tijeretas…
¿Cuándo empezó a interesarse por ellos?
—Desde que era niño buscaba bichos bajo piedras, perseguía mariposas con un salabre, veía la serie ‘La abeja Maya'… No sé si es algo genético, pero desde que tengo uso de razón me han gustado los insectos y otros invertebrados. Me parecía curioso que estuvieran tan cerca y fueran relativamente fáciles de ver y atrapar.
Háblenos de los insectos de Mallorca. ¿Qué especies autóctonas hay y qué particularidades tienen?
—Todavía no sabemos cuántas especies hay y falta muchísimo trabajo de investigación, especialmente en grupos poco estudiados como los psocópteros. El concepto ‘autóctono' no es tan claro en los insectos. En todo caso podemos hablar de especies endémicas (únicas y exclusivas de una zona concreta) mediterráneas, y por supuesto las introducidas exóticas invasoras como el picudo rojo, la paysandisia del palmito, la hormiga argentina, la avispa asiática o el mosquito tigre. En cada ecosistema de Mallorca hay una serie de plantas características y éstas a su vez tienen relación con especies de insectos. Encontramos insectos adaptados al sistema dunar en el litoral arenoso, en las cuevas, en pinares, encinares, garrigas, incluso en los restos de posidonia acumulados en la orilla de playas.
¿Qué podemos aprender los humanos de estos diminutos seres?
—Más que aprender, podemos colaborar. Es decir, tener en cuenta sus funciones y aplicarlas o aprovecharlas tanto para nuestro interés como para el suyo. Dicho esto, en todo el mundo hay ingenieros que copian o se inspiran en los insectos tomándolos como modelo para diseñar multitud de aparatos y herramientas. También se aplica por ejemplo el funcionamiento de un hormiguero en un aeropuerto, en el que hay mucha gente, mercancías, tránsito continuo, etc. De todas maneras, a diferencia de los humanos, los insectos no tienen un concepto de individualidad, de hecho un enjambre de avispas por ejemplo actúa como un organismo entero y a menudo los apareamientos son violentos, no se pueden comparar con los humanos ni humanizarlos.
¿Conocemos suficientemente bien a los insectos? ¿Nos queda mucho que descubrir de este fascinante mundo?
—En los últimos años se ha investigado mucho y creo que se ha dado un avance en el conocimiento de los insectos de Baleares. Hay grupos de trabajo dedicados a los polinizadores, a las mariposas nocturnas, a los mosquitos, a la abeja de la miel… También han surgido muchos y buenos macro fotógrafos, gracias a los cuales podemos tener identificar especies sin necesidad de capturarlas. Aún así, como he comentado antes, falta mucha investigación, actualizar datos, activar proyectos de protección y, por supuesto, seguir con la divulgación, que es primordial.
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