Por el contario, el resto de los productos de alimentación se han encarecido, en algunos casos de manera notable, lo que ha motivado que el precio de los alimentos y bebidas no alcohólicas en su conjunto suba un 5,5 %. Se trata de una de las alzas más significativas de España, la media nacional fue del 4,7 %. Las cesta de la compra sólo ha subido más que en Baleares en Canarias, donde lo ha hecho un 5,8 %, y Galicia, un 5,6 %. Los alimentos que más han incrementado su valor en el último año en las Islas son los aceites y grasas, exactamente un 48,7 %; la carne de ovino, un 15,8; y y las frutas frescas (15,5 %).
Pérdida de poder adquisitivo
El economista y profesor de la UIB, Pep Ignasi Aguiló, destaca que «ahora la inflación subyacente se sitúa por debajo de la general, lo que significa que los asalariados están aceptando la pérdida de poder adquisitivo de sus emolumentos, algo que constituye un paso importante, aunque no suficiente». El citado economista expone que «la inflación equivale a un impuesto que no requiere la aprobación de ningún parlamento».
Aguiló recuerda que ya predijo que la inflación seguiría al alza porque «parte del descenso anterior fue artificial». En este sentido, explica que «gran parte de las tensiones geoestratégicas persisten, aunque atenuados por la dinámica del comercio internacional. Por su parte, el Gobierno parece continuar reticente a controlar sus excesos de gasto y la agenda medioambiental europea sigue avanzando».
Por tanto, los ciudadanos de las Islas tendrán que seguir haciendo números para llegar a fin de mes, ya que el precio de los alimentos básicos, que son los que analiza el INE, no para de subir; salvo las tres excepciones citadas al inicio de esta noticia. El hecho de que el nivel de vida de las Islas sea de los más elevados de España está ocasionando que muchas personas no quieran venir a trabajar y que otras que ya están aquí quieran marcharse a otros lugares de la Península más económicos.
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Vaya noticia: 6 litros de leche que costaban un euro han bajado 1,8 céntimos. Un kilo de merluza, que costaba 10 euros, ha bajado un céntimo, y las legumbres, si costaban 2 euros el kilo, ahora dos céntimos menos. Voy a descorchar una botella de aceite de oliva virgen extra para celebrarlo.