Todo el sistema de canalizaciones de la Font de la Vila está protegido como Bien de Interés Cultural. | Jaume Morey

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«Lo que hice fue embellecerlo». Un hombre, acusado de construir un pozo sobre un bien de interés cultural, el túnel d'en Bouvy del manantial de la Font de la Vila, en Palma, se sentó ayer en el banquillo de los acusados y justificó que su actuación solo pretendía mejorar su propiedad, no destruir ningún bien ni robar agua.

La Fiscalía reclama para el acusado una condena de un año y nueve meses de cárcel y Emaya eleva la petición de condena a dos años y medio de prisión por delitos de daños y contra los recursos naturales. Ambas acusaciones sostienen que, en el año 2019, el acusado retiró una arqueta de registro de Emaya que había en su finca en Son Espanyol y que allí construyó un pozo de uso privado. La arqueta original era un registro para controlar el túnel d'en Bouvy, una canalización que fue declarado Bien de Interés Cultural en enero de 2007. Para llevar a cabo esa actuación eran necesarios informes de la Comisión de Patrimonio Histórico, además de Emaya.

En el juicio, el acusado rechazó cualquier tipo de acuerdo con las acusaciones y solo contestó a preguntas de su defensa. Relató que, cuando compró la finca, se encontró en ella con la arqueta de Emaya y aseguró que estaba en mal estado, de manera que consideró que suponía un riesgo y decidió colocar el pozo como un ornamento. También negó que lo hiciera para obtener agua ya que, según su versión, contaba con dos aljibes grandes en la propiedad y suministro regular por parte de la comunidad de propietarios, por lo que era innecesario el agua. Su defensa también planteó que la fotografía hecha desde la calle y que sirvió para denunciar el pozo era ilegal, algo denegado por la juez.
Los agentes de Emaya y del Seprona que inspeccionaron la finca negaron la versión de la seguridad. Sostuvieron que la arqueta original estaba mucho más protegida que el pozo y que este llegaba a la zona con agua.

En cualquier caso, el acusado ha aportado fondos para hacer frente a la responsabilidad civil por los daños provocados por Emaya. Antes del juicio estuvo cerca de concretarse un acuerdo entre las partes pero, finalmente, el acusado decidió defender su inocencia y celebrar el juicio.