March reconoce que «distinguir la COVID de la gripe puede ser difícil porque los síntomas son muy parecidos» y señala que ambos «se contagian de manera parecida». En concreto, «se transmiten mediante pequeñas partículas que se expulsan de la nariz y la boca al estornudar, toser, cantar o hablar, lo que aumenta la posibilidad de infectar a las personas que se encuentran cerca. Es posible que las contagiados no tengan síntomas, pero aun así pueden transmitir cualquiera de los dos virus».
Síntomas de la gripe
Este año la enfermedad con más casos es la gripe, de hecho en Baleares ya circula como una epidemia. Uno de sus síntomas más característicos es la fiebre común, que puede ser especialmente alta en los niños pequeños; dura de tres a cuatro días. También son habituales los dolores de cabeza, el malestar general, la fatiga común, el agotamiento al inicio del proceso, la nariz congestionada, y los estornudos.
Síntomas de la covid
El mencionado especialista en Salud Pública y Medicina Preventiva precisa que los síntomas de la COVID-19 pueden tardar más en desarrollarse que los de la gripe», además recuerda que uno de los signos más reveladores del coronavirus es la pérdida del olfato o el gusto.
Por su parte, las personas afectadas por otros virus respiratorios, como un resfriado, «es posible que tenga secreciones nasales, tos, congestión y dolor de garganta; pero, por lo general, no experimentarán los dolores ni la fiebre que son comunes con la COVID-19 y la gripe. A menudo, se sentirán mejor en un par de días». Se trata de síntomas que permiten distinguir las citadas patologías, pero March señala que el método más preciso para saber de cuál de ellas se trata son los test.
Tratamiento
El citado experto explica que «el tratamiento es el mismo para la COVID, la gripe y el resfriado: paracetamol e hidratación abundante. Con la finalidad de no saturar, aconseja a los afectados que no acuden a las urgencias a no ser que tengan algunos de los síntomas que se expondrán a continuación. En concreto, dificultad para respirar, empeoramiento repentino o pasados siete días del inicio de la enfermedad, dolor en el pecho, expectoración sanguinolenta, aspecto azulado o amoratado de la piel y de los labios, mareos o alteraciones de la conciencia, fiebre elevada que persista más de tres días o caída de tensión arterial. En el caso de los niños, es importante que acudan al especialista si tienen la respiración acelerada, dificultad para respirar o para despertarse, erupciones en la piel, nauseas o irritabilidad extrema.
Mención especial merecen los contagiados de gripe que pertenezcan a un grupo vulnerable, como los que tengan enfermedades del corazón (excepto hipertensión), respiratorias crónicas, diabetes en tratamiento con fármacos, insuficiencia renal moderada-crónica; así como enfermedades hepáticas crónicas avanzadas, neuromusculares o graves de la sangre como hemoglobinopatías o anemias moderadas o graves. También deben acudir al médico los que carezcan de bazo o los que tengan inmunosupresión u obesidad mórbida.
Para concluir, March destaca la importancia de aplicar la regla de las tres 'v' para frenar los contagios de estas patologías: vigilancia por parte de las autoridades, vacunación y ventilación. También recomienda el uso de la mascarilla y el lavado frecuente de manos.
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La gripe de cada año ha servido para encerrarnos, envenenarnos y quitarnos la vida. Y sin oponer resistencia. Tenemos lo que nos merecemos.