Imagen del interior de la estación meteorológica de Porto Pi. | Jaume Morey

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La meteorología se ha convertido en un elemento más dentro de nuestro día a día. Saber qué tiempo hará a corto, medio o largo plazo nos ayuda a organizar nuestras ajetreadas agendas o hacer planes de cara a fines de semana o días festivos. Pero a la par de ese interés, ha crecido la inquietud por recoger, recopilar y analizar los datos que generan los fenómenos atmosféricos. Es decir, que la meteorología, la que para algunos es una profesión, se ha convertido en la afición de muchas personas, apoyadas por las tecnologías y la facilidad para hacerse con los medios para disfrutarla, conocerla mejor y difundirla a nivel social.

La red de estaciones meteorológicas, más allá de las instaladas por particulares, comprende todo el territorio balear. Por un lado, la Agencia Estatal de Meteorología en Baleares (AEMET) dispone de una estructura formada por 43 puntos fijos y automáticos de recogida de datos. Cinco de ellas están en Menorca, 4 en Ibiza, una en Formentera y otra en Cabrera y el resto, 32, se reparten a lo largo de Mallorca. Cinco de ellas (Es Codolar, aeropuerto de Menorca, Son Sant Joan, Porto Colom y Sa Pobla-Sa Canova), además, disponen de heliógrafo, un sensor de medición de la insolación. Otra, como la del Dique del Oeste, sólo aporta información sobre el viento.

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Parte del equipo de AEMET en Baleares, con María José Guerrero -segunda por la derecha- al frente. Foto: Jaume Morey

Estas instalaciones son automáticas y dan acceso inmediato a la información, que llega a manos de los técnicos de la AEMET en un margen de unos diez minutos, aunque en algunos casos puede tardar hasta una hora. Esas 43 estaciones están certificadas siguiendo los criterios de la Organización Meteorológica Mundial y se someten a un mantenimiento periódico para certificar que su funcionamiento y la información que aportan es veraz, como explica la delegada de la AEMET en Baleares, María José Guerrero, quien destaca «el auge dela afición a la meteorología y la recogida de datos con estaciones particulares, una información que nos sirve de ayuda y amplía nuestra red», aunque recuerda que, por normativa, «las certificadas por la AEMET son las que sirven de referencia».

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Los radares de lluvias en pantalla ubicados en el centro meteorológico. Foto: Jaume Morey

La principal se ubica en la delegación de la AEMET en Baleares, en Porto Pi, donde está la sala de control y se ubica una estación que posee todos los instrumentos para recabar datos. Desde un histórico barómetro que mide la presión atmosférica, junto a un barógrafo, que sirve para medir y registrar la precisión atmosférica durante un espacio de tiempo. Mediante un mecanismo de relojería, la presión va registrándose sobre el papel por la plumilla unida al barómetro metálico.

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Espacio denominado 'Jardín meteorológico', en el Moll de Ponent. Foto: Jaume Morey

La sede de la AEMET en Baleares cuenta con un radar de lluvias en su sala de control, luciendo en la cubierta del edificio una completa estación con veleta y anemómetro, además de un singular heliógrafo que mide las horas de sol y registra la duración e intensidad de los rayos solares o insolación. A pie de campo, el 'jardín meteorológico' reúne un pluviómetro y un pluviógrafo que plasma al papel la información sobre precipitaciones.

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María José Guerrero muestra el interior de un pluviógrafo. Foto: Jaume Morey

El termógrafo mide y registra la temperatura, a la par que se encuentran termómetros (seco, húmedo, máximas y mínimas) y un evaporímetro. Las mediciones se realizan diariamente a las 7, 13 y 18 horas, coincidiendo con la salida del sol, su máxima presencia y el atardecer. «Somos precisos porque la información que recogemos y trasladamos es la oficial y sirve de referencia en muchos sectores», explica María José Guerrero, quien agradece «la llegada y el avance de las tecnologías, pues nos han servido para aumentar nuestra capacidad de predicción, captación y análisis de estos datos e información».

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Histórico barómetro en el centro meteorológico de Baleares. Foto: Jaume Morey

La más antigua de Mallorca es la de Palma, cuyos inicios se remontan a 1862, cuando se instaló en Montesión, que fue su ubicación hasta 1916, cuando pasó a tener su espacio en los Institutos (Avingudes). Fue en 1938 cuando pasó a la actual Delegación de Defensa, en la Plaza de la Porta des Camp, donde estuvo en activo a lo largo de 48 años, para pasar el 1 de febrero de 1978 al actual emplazamiento en el Muelle de Ponent de Porto Pi.

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María José Guerrero, abriendo un pluviómetro. Foto: Jaume Morey

En el caso de Menorca, la primera estación contrastada la pusieron en marcha dos particulares (M. Hernández y P. Caules) data de 1865 y se mantuvo activa hasta el año 1932, mientras que en la Base Naval de Maó se ubicó una entre 1924 y 1937. En la misma ciudad, en la Esplanada, funcionó otra de 1939 a 1980 y la del aeropuerto de Menorca está activa desde 1971, de la misma manera que la del aeródromo de Ibiza ofrece información desde 1943, siendo una de las más longevas de manera continua de Balears.

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Los dispositivos ubicados en la terraza de la sede de la AEMET en Baleares. Foto: Jaume Morey

La información que aportan se centra en las temperaturas, humedad, precipitación, presión atmosférica o viento (dirección, fuerza, intensidad...). Singular es el caso de una de las ocho estaciones de radiosondeo que existen en España, ubicada en el aeródromo de Son Bonet (Marratxí), y que lanza un globo dos veces al día que permite aportar información vertical de las variables (viento, temperatura, humedad, presión atmosférica...).

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Veleta y anemómetro de la AEMET en Porto Pi. Foto: Jaume Morey

Existe otra estación medidora de la calidad del aire en La Mola (Menorca), además de una radiométrica en Porto Pi, destinada a medir la radiación y los aerosoles. También, en el aeropuerto de Son Sant Joan se halla un radar detector de rayos que completa toda esta estructura que da herramientas a los profesionales de la AEMET para poseer toda la información necesaria.

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Heliógrafo de la AEMET en el centro meteorológico. Foto: Jaume Morey

De la misma manera, la AEMET en Baleares cuenta con un grupo de fieles colaboradores que rondan la cifra de 150 y que, normalmente cada mes, ofrecen los datos que recogen en sus respectivas estaciones, aunque estas aportaciones pueden ser extraordinarias en casos o momentos puntuales. Destacan algunos que han ubicado dispositivos en lugares especiales como la cima del Puig Major, caso de Alberto Darder, o la Vall de Sóller, entre otros puntos de las islas.

Estación meteorológica en la cima del Puig Major. Foto: Alberto Darder Rosell

La llegada de las tecnologías y las redes sociales han permitido crecer iniciativas como Baleares Meteo, que reúne a una red de estaciones que alcanzan puntos claves como Sa Tudossa (Artà), entre otros, que aportan datos en tiempo real y que se plasman en su página web. Otra fuente de información la aporta el Sistema de Observación Costero de las Illes Balears (SOCIB). Además, otras instituciones como el Consell de Mallorca han instalado estaciones en puntos como la isla de Dragonera, que añade un nuevo campo de recepción de datos. Al igual que las Webcams ubicadas en puntos estratégicos y a las que se tiene acceso.

Estación meteorológica de la Serra d'Alfàbia, en Bunyola. Foto: AEMET

Las 43 estaciones meteorológicas que posee la AEMET en Baleares se ubican en lugares como Son Torrella (Escorca), Lluc, el faro de Capdepera, los aeropuertos de Son Sant Joan, Son Bonet y Menorca, Porto Colom, la Serra d'Alfàbia -que registra siempre fuertes rachas de viento-, el aeródromo del Port de Pollença, Banyalbufar o la Universitat de les Illes Balears.

Estación meteorológica en la isla de Cabrera. Foto: GOIB

Estas estaciones, cada vez mejor dotadas y autónomas, son las notarias del tiempo en Baleares, siendo un punto de apoyo fundamental para los especialistas a la hora de pronosticar o conocer mejor los ciclos del clima y estudiar los modelos de predicción para trasladarlos a una opinión pública que, cada vez más, valora la información meteorológica.