Vista de edificios de viviendas en Palma. | Pere Bota

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La nueva ley de vivienda aprobada hace casi tres meses en el Congreso de los Diputados ha tenido como efecto una reducción en la oferta de viviendas de alquiler, según detallan los agentes de la propiedad inmobiliaria. No se atreven a dar una cifra, pero estiman que la caída puede superar el 10 % en un mercado que ya está muy limitado por culpa de los elevados precios que hay en Balears.

El presidenta de los Agentes de la Propiedad Inmobiliaria (APIs), José Miguel Artieda, asegura que esta caída se ha dado en toda España con descensos que incluso superan al de Balears y que llegan al 20 % en el caso de Catalunya. Las razones de este descenso están en que los propietarios prefieren dejar las viviendas sin ocupar que dar a los inquilinos las garantías jurídicas que marca la nueva ley.

Artieda explica que la Ley de Vivienda establece que la renovación del alquiler es automática cada año, hasta un máximo de cinco, y basta que lo pida el inquilino, no el propietario, y además es prorrogable por un año más, lo que garantiza que los inquilinos podrán estar, como mínimo, cinco años en la vivienda. La cifra sube a siete años si el propietario de la vivienda es un gran tenedor.

El presidente de las inmobiliarias señala que esta es la causa principal que ha provocado una contracción de la oferta y pronostica que muchos propietarios mantendrán su decisión dejar las viviendas vacías antes que tener que alquilarlas por un mínimo de seis años.

Un fenómeno parecido se produjo en Balears cuando se aprobó la Ley de Vivienda propia. Los grandes tenedores trataron de eludir la nueva normativa que les obligaba a ceder sus pisos vacíos a la Administración por un periodo de siete años. Para no hacerlo, muchas de las viviendas de los bancos y grandes tenedores que estaban vacías salieron al mercado de venta o al mercado inmobiliario.

Qué puede pasar

Si se cumple el pronóstico de Artieda y los propietarios frenan la oferta de alquiler ante los nuevos requisitos de la ley, puede darse el caso de que algunas de estas viviendas se pongan a la venta, aunque Artieda también señala que lo más probable es que terminen  engrosando el parque de viviendas vacías de las Islas, que en estos momentos suma más de 105.000 residencias, según el último Censo de Viviendas que ha dado a conocer el Instituto Nacional de Estadística.

Artieda señala que muchas de estas viviendas vacías no salen al mercado de alquiler por las exigencias jurídicas de la ley, que da garantías a los inquilinos, pero también detalla que hay un importante volumen de casas vacías en municipios del interior que están en estado ruinoso y cuya rehabilitación no compensa a los propietarios.