Company, que además de preguntar este martes en el Parlament por este asunto a la presidenta Armengol ha solicitado su comparecencia en la Cámara, dijo que «difícilmente se puede apoyar la nada», que el texto es «una tomadura de pelo», tanto al resto de partidos políticos, como a la ciudadanía de las Islas, a la sociedad civil y al empresariado.
Sin concretar si la posibilidad de no apoyar el decreto ley se traduciría en un no a la votación o en una abstención, el presidente de los ‘populares' afirmó que se reuniría con las organizaciones que «has sido engañadas por Armengol» y reclamó, de la sociedad civil y del empresariado «una respuesta contundente».
El portavoz parlamentario socialista del PSIB, Andreu Alcover, consideró «gravísimo» que el PP se desmarcara del REB y añadió: «Si eso pasa, espero que la sociedad balear se lo haga pagar con votos en las urnas, sería una traición».
Aunque el portavoz de Ciudadanos (C's), Xavier Pericay, calificó de «gran estafa» el REB a dos velocidades (todas las medidas se posponen a un proyecto de ley que no llegará a las Cortes en esta legislatura), dijo que su partido no lo bloqueará en la Diputación Parlament del Congreso.
La presidenta Armengol dijo el jueves, cuando anunció el acuerdo que se aprobó un día después en el Consejo de Ministros, que estaba convencida de que el proyecto saldría adelante incluso con un gobierno de derechas.
Este lunes, la presidenta volvió a defender el contenido de la propuesta y apunto a que si el Estado no cumple el REB, el Govern irá a los tribunales.
«Las leyes están para cumplirse y si el Estado no cumple, acudiremos a los tribunales», señaló la presidenta balear.
Jaume Font (PI) ve el REB «un flotador» que le ha lanzado el presidente Pedro Sánchez a la presidenta Armengol, de cara a las elecciones.
Podemos y Més defendieron la propuesta aunque, reconocen, que les hubiera gustado que todo fuera más rápido.
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