Greenpeace ha recalcado «la gran noticia que supone la aprobación de este Decreto», aunque ha llegado «muy retrasado» a pesar de contar con toda una ciencia muy sólida detrás de él.

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Delfines, rorcuales y cachalotes, algunos de los cetáceos que habitan en el Mediterráneo, contarán con un área marítima protegida de 46.000 kilómetros cuadrados entre Baleares, el Levante peninsular y Cataluña, en el que estarán a salvo de ruidos marinos y de nuevas prospecciones de explotación petrolera.

El Consejo de Ministros ha aprobado un Real Decreto, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica, por el que se declara Área Marina Protegida(AMP) el corredor de migración de cetáceos del Mediterráneo.

Asimismo, ha aprobado un régimen de protección preventiva para su inclusión en la Lista de Zonas Especialmente Protegidas de Importancia para el Mediterráneo (Lista ZEPIM), en el marco del Convenio para la Protección del Mar Mediterráneo contra la contaminación(Convenio de Barcelona).

El objetivo es «proteger de los efectos que se asocian al ruido submarino» a la gran diversidad de especies de cetáceos y tortugas marinas que usan la zona como paso migratorio hacia sus áreas de cría y alimentación.

Por tanto, para garantizar la conservación de la fauna marina, el Decreto prohibirá sistemas destinados a la investigación geológica subterránea mediante sondas, aire comprimido, explosiones controladas o perforación subterránea, además de cualquier actividad extractiva de hidrocarburos, salvo las relacionadas con permisos de investigación o explotación en vigor.

«Con esta declaración se pone fin a nuevas prospecciones y a cualquier tipo de actividad extractiva de hidrocarburos, y este Ministerio revisará a partir de ahora las que ya están en vigor», ha apuntado la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera.

Con esta nueva área, España se acerca al 13 por ciento de sus aguas marinas preservadas, por encima de la meta del 10 por ciento fijada por la Convención de Biodiversidad de la ONU para 2020.

Este corredor migratorio de cetáceos se extiende por el norte, a la altura del Cabo de Creus (Gerona) hasta el Cabo de la Nao(Alicante) y por el este, discurre paralelo a las costas de islas de Ibiza, Mallorca y Menorca (a unos 13 kilómetros de distancia), mientras que por el oeste corre paralelo a las costas catalana y valenciana (a unos 38 kilómetros de distancia).

Para la titular de la cartera, es «una excelente noticia» para la protección de nuestros mares, de nuestra riqueza marina y por supuesto para la biodiversidad de la zona, porque «abarca una zona tan grande como Aragón».

En su opinión, «los cetáceos necesitan espacios en los que poder reproducirse, crecer, desarrollar una vida adulta en plenas condiciones de salud y esta declaración que se aprueba hoy va a permitir que puedan hacerlo en total libertad».

Se trata «de una primera medida dentro del paquete de asuntos que este Ministerio considera fundamental en el ámbito de la protección del mar y de la biodiversidad marina», ha subrayado.

Estas aguas, de gran valor ecológico, son zona de paso migratorio para el rorcual común -hacia sus áreas de cría y alimentación en el norte del Mediterráneo- y zona de alimentación para una gran diversidad de cetáceos (rorcual común, cachalote, delfín mular, delfín listado, delfín común, el calderón gris y el común y el zifio de Cuvier) y para la tortuga boba y diversas aves.

Todas las especies de cetáceos y tortugas marinas que utilizan este corredor están incluidas en el Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial; además, el rorcual común, el cachalote común, el calderón común, los delfines mular y común y la tortuga boba están catalogadas como «vulnerables» dentro del Catálogo Español de Especies Amenazadas.

Estas medidas se mantendrán hasta la aprobación del plan de gestión, para cuya elaboración se abre un plazo máximo de tres años desde el momento en que este espacio marino sea incluido en la Lista ZEPIM.

Los grupos ecologistas han «celebrado» la obtención de la forma jurídica para este enclave marino por la importancia que supone para las mermadas poblaciones de delfines, ballenas y de toda la fauna que les acompaña.

Greenpeace ha recalcado «la gran noticia que supone la aprobación de este Decreto», aunque ha llegado «muy retrasado» a pesar de contar con toda una ciencia muy sólida detrás de él.

Marta Correas, científica marina de Oceana, lo ha definido como un «paso muy importante y un argumento más de peso» para luchar contra las prospecciones petrolíferas, aunque el Gobierno no debe quedarse sólo ahí.

Para Juan Carlos del Olmo, secretario general de WWF, la creación del corredor es una gran noticia para las ballenas y delfines, pero ahora queda hacerlo realidad eliminando amenazas como las prospecciones de petróleo y regulando el intenso tráfico marítimo.

A su juicio, «España ha dado un salto importante en la protección del medio marino, pero pedimos que la superficie de Áreas Marinas Protegidas alcance, al menos, el 20% de nuestras aguas».