Éste es un fenómeno que se repite año tras año, sobre todo en las zonas turísticas de las Islas, pero del que se no se tiene un conocimiento en profundidad, y mucho menos está cuantificado. El proceso siempre es el mismo. En período ordinario de escolarización, familias inmigrantes, principalmente españolas, matriculan a sus hijos en centros docentes de Balears, pues ello coincide con el trabajo que desarrollan en las Islas en plena temporada turística. Sin embargo, al acabar la temporada, normalmente a finales de octubre, las familias regresan a sus comunidades de origen y no hay un control o seguimiento de qué es lo que ocurre con la escolarización de sus hijos.
Cuando se reinicia la temporada, en marzo o abril, esas familias regresan a Balears y retornan sus hijos a los centros docentes donde fueron matriculados a principio de curso, pero existe un vacío o un paréntesis respecto a lo que esos alumnos han hecho, desde el punto de vista de la escolarización, durante todo ese tiempo.
3 comentarios
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Y cómo van a controlarlo.....Si no tienen competencias en las demás autonomías.....Controlen lo que tienen que ya tienen bastante y un poco desatendido.
Otra cara oculta de la riqueza del turismo. Esos inmigrantes españoles deberian consumir los servicios donde gastan su subsidio. Ya está bien de hacer el primo. Eso no es solidaridad sino hacer el pagano.
Es muy triste que vivamos en un país en el que las autonomías sean compartimentos estancos entre los que no fluya la información ni exista la coherencia. La sanidad y la educación deberían ser recursos globales y no algo local y distinto en cada comunidad. Dejando a un lado las lenguas, todo los demás a nivel educativo debería ser homogéneo. Si un alumno tiene que trasladarse de una comunidad a otra – dejo a un lado el si la decisión es de por sí correcta – el centro que lo recibe debería obtener de forma automática la ficha del alumno y todo su historial académico. Estamos en pleno siglo XXI y los recursos informáticos no debería ser una excusa sino una ventaja. Lo mismo ocurre con la sanidad o las farmacias. Si los impuestos son estatales, los servicios también deberían serlo. Han pasado 30 años desde que finalicé la EGB y en el transcurso de estos años los políticos han conseguido empobrecer el país con pequeños feudos aislados que se aseguran el sacarnos hasta la última ‘peseta’.