El Govern se ha opuesto tanto al proyecto del Golfo de León, entre las costas de Cataluña y Menorca; como al del Golfo de Valencia, que se encuentra más avanzado, pendiente de la Declaración de Impacto Ambiental por parte del Ministerio de Medio Ambiente y que abarca una extensión de 2.240 kilómetros cuadrados entre las costas de la península y las Pitiusas.
Aunque la competencia de otorgar estos permisos es del Gobierno español y no de Bruselas, el comisario Vella ha explicado que aunque la declaración de impacto ambiental del ministerio de Medio Ambiente español sea positiva, la Comisión Europea «actuará atendiendo a sus competencias», ha explicado el presidente del Consell de Ibiza, Vicent Serra tras la reunión, ha informado la institución insular.
La capacidad de la Comisión Europea para actuar radica «principalmente en la posible fragmentación del estudio ambiental del proyecto», ha indicado Serra. Además, el organismo europeo también estará vigilante para que no afecten a «zonas protegidas por figuras comunitarias», como Lugar de Interés Comunitario (LIC) o Zonas de Especial Protección de Aves (ZEPA).
El comisario europeo se ha mostrado receptivo a las reivindicaciones baleares y ha manifestado que hará todo lo que esté en sus manos para garantizar que las evaluaciones de impacto ambiental cumplan rigurosamente toda la normativa europea, ha informado por su parte la Conselleria de Agricultura, Medio Ambiente y Territorio del Govern en otra nota.
El conseller balear, Biel Company, que también ha asistido a la reunión, ha manifestado a Vella la necesidad de «dar un paso más a nivel europeo y reunir a los países del Mediterráneo para evitar las prospecciones en toda esta zona, ya que al ser el Mediterráneo un mar cerrado, todo lo que suceda en él les puede tener consecuencias que afectarían no sólo en Baleares sino también a otros Estados miembros de la UE y del norte de África».
Company ha reclamado que la Comisión Europea «estudie la posibilidad que los diferentes proyectos de prospecciones sísmicas sean sometidos a una evaluación de impacto ambiental transnacional».
El conseller ha reiterado a Vella la oposición rotunda de la sociedad de las islas a los proyectos de prospecciones petrolíferas y le ha recordado que la Comisión balear de Medio Ambiente ya ha emitido informes negativos sobre los tres proyectos de prospecciones solicitados cerca del archipiélago.
En fase de información previa está el proyecto que afecta a 99.600 kilómetros cuadrados del mar Mediterráneo noroccidental y el mar Balear.
Los informes negativos del Govern se basan en las consecuencias graves, y en algunos casos irreversibles e incluso letales sobre la fauna marina y los recursos pesqueros que tendría la contaminación acústica producida por las ondas utilizadas para las prospecciones sísmicas 2D con cañones de aire.
Además alertan de la gravedad ambiental en caso de vertido accidental que se produciría si explotaran las bolsas de hidrocarburos encontradas y la afectación directa no solamente sobre el ecosistema marino, sino también sobre el turismo, principal motor económico y fuente de riqueza de las Islas Baleares.
A la reunión también ha asistido la eurodiputada Rosa Estaràs, el presidente de la Comisión Balear de Medio Ambiente, José Carlos Caballero, la consellera de Medio ambiente del Consell Insular de Ibiza, Pepa Costa, así como el representante de Oceana en Bruselas, Nicolas Fournier.
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