El responsable de sanidad de Comisiones Obreras (CCOO), Juan Andrés Bernabeu, defendió ayer la financiación del sistema público de salud por la vía presupuestaria, y no con la implantación de un impuesto sobre el combustible, el denominado 'céntimo sanitario', que el Govern balear cobrará a partir del 1 de abril. Bernabeu afirmó que CCOO no está "en la línea" de lo manifestado por otros sindicatos del sector, como el de enfermería, SATSE, y el de médicos, SIMEBAL, que no ven con malos ojos aplicar un recargo que ya se cobra en otras comunidades autónomas.
Por el contrario, tanto Bernabeu como el secretario general de CCOO en Menorca, Ramon Carreras, insistieron en la necesidad de corregir las prioridades presupuestarias del Gobierno y situar un servicio básico como la sanidad a la cabeza, ya que actualmente España se sitúa por debajo de la media europea en cuanto a gasto en el Estado del bienestar.
Los representantes sindicales denunciaron que detrás de las últimas decisiones de los gobiernos del PP, tanto el pago de 10 euros por la tarjeta sanitaria como el impuesto sobre el carburante son el inicio de un proceso "encubierto" de privatización de la sanidad. "Al médico hay que ir con la tarjeta sanitaria o la bancaria", criticó Bernabeu, ya que "si no se tiene la tarjeta sanitaria", por la que se cobran 10 euros "se factura la visita".
El último ataque, según el sindicato, al sistema público es la medida aprobada por el Govern para incentivar la contratación de seguros privados, que supondrá una deducción en el tramo autonómico del IRPF del 15 por ciento si se contratan pólizas privadas en tres casos: los mayores de 65 años, las personas con un 65 por ciento de minusvalía y las familias numerosas.
"Se está desviando el segmento de la población más costoso a la sanidad privada, y es muy grave que eso venga de parte de la Comunidad Autónoma, cuando su obligación es defender los servicios públicos, no machacarlos", recalcó Bernabeu.
Ahorro en personal
El sindicato se opone asimismo a la ampliación de la jornada laboral de los trabajadores sanitarios que está sobre la mesa del IbSalut ya que, afirman, va dirigida a frenar las contrataciones y no a "abrir más tiempo los quirófanos y las consultas".
Según Bernabé, en el hospital menorquín hay departamentos en los que la reducción de personal de enfermería y auxiliares llega "hasta el 50 por ciento, y eso los pacientes ya lo están soportando". Por otro lado, el sindicato criticó el descenso de la calidad y la "falta de motivación" del personal "porque se está tratando a los trabajadores como defraudadores, descontándonos los tres primeros días del sueldo en caso de enfermedad".
El delegado sindical recordó que los empleados sanitarios no sólo tienen más posibilidades de contraer enfermedades, sino también de transmitirlas a los propios pacientes si, por no perder días de salario, acuden a sus puestos de trabajo sin encontrarse bien.
En opinión de Bernabé se está produciendo "un ataque frontal de la sanidad pública", y el desánimo ante la situación hace que muchos profesionales se planteen ejercer en otros países europeos, como el Reino Unido y Suecia, donde hacen falta enfermeros. "Se está derrochando capital humano cuya formación ha supuesto un coste para el erario público y de la cual ahora se beneficiarán otros países", señaló.
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